EFE. Casi tres semanas después, y tras un amplio operativo en el que han participado miles de soldados y voluntarios y han sido detenidas más de 500 personas -en su mayoría miembros de Hamás- los cuerpos de Eyal Yifrah, Gilad Shaar y Naftali Fraenkel aparecieron en las tierras familiares de uno de los sospechosos.
“Fueron encontrados a las 17.00 hora local. Estaban sepultados bajo un montón rocas” en un área abierta entre Halhul y la localidad de Beit Kahil, explicó a la caída del sol el portavoz del Ejército israelí, Peter Lerner.
“Los cuerpos fueron llevados a una institución forense para la identificación y las familias ya han sido informadas”, agregó el oficial, que evitó dar detalles del estado que presentaban los tres cadáveres.
Resuelto de la manera más trágica el misterio del paradero, las conjeturas se centran ahora en saber cuándo y cómo fueron asesinados, y los esfuerzos en encontrar a los dos principales sospechosos: Amer Abu Aysha, de 33 años, y Marwan Kawasme, de 29 años.
Sus nombres estuvieron en manos de los investigadores desde el principio, pero solo salieron a la luz pública la semana pasada, en medio de críticas al primer ministro, Benjamín Netanyahu, por la falta de avances en la investigación y de pruebas sobra la autoría, que siempre apuntó a Hamás pese a que el grupo nunca lo reivindicó.
Los cadáveres fueron hallados en las tierras de la familia Kawasme, después de que las fuerzas de Seguridad arrestaran esta mañana a varios de sus miembros y volvieran a registrar la vivienda.
La versión que comienza a extenderse en la prensa local es que los tres estudiantes fueron objeto de una trampa y tiroteados poco después de subirse al coche en un cruce sin vigilancia situado entre la ciudad de Hebrón y el bloque de colonias de Gush Etzión.
Los jóvenes fueron secuestrados el pasado 12 de junio.