16 abr. 2024

Guazú Cuá: 90% de tierra anegada y 2.000 familias perdieron animales

Tanta agua hay cubriendo su territorio, que hasta ya la califican como la Venecia del Departamento de Ñeembucú. Desde el Municipio pedirán al Gobierno Central intensificar la ayuda y trabajos en la zona.

Magdalena Riveros y Juan José Brull

ÑEEMBUCÚ

A tan solo 30 kilómetros de la ciudad de Pilar y a unos 3 kilómetros de la ruta 4 está el distrito de Guazú Cuá, que presenta el 90% del territorio urbano y rural totalmente inundado, resultado de las copiosas lluvias de las últimas semanas y las crecidas de las lagunas que rodean a la zona.

Los pobladores ya no tienen opción laboral que desarrollar al quedar sus casas cubiertas o rodeadas de agua, sumado a lo costoso que resulta movilizarse a otros sectores del país en busca de trabajo.

También, gran número de los animales domésticos fueron perdiendo por efecto de las inundaciones. “Nuestro distrito se convirtió en una Venecia del Departamento del Ñeembucú. Estamos pasando por un momento muy delicado, por los perjuicios que soporta la población, tanto las personas con recursos y los pobres, a raíz de la inundación de nuestro territorio”, destaca César Machado, intendente municipal de Guazú Cuá.

Para la fecha consiguió una entrevista con las altas autoridades del Poder Ejecutivo, donde solicitará un refuerzo de la atención del Estado a esa zona del Ñeembucú. Puntualizó que ni en las crecidas que hubo en 1983 y 2014 en el Ñeembucú el distrito llegó a una situación tan delicada como la actual.

El municipio, de 2.200 habitantes, había logrado que la población acompañe un plan de creación de huertas familiares, como complemento a los animales para consumo que tienen en las casas; pero con el avance de las aguas de las lagunas que rodean al distrito todas esas huertas se destruyeron.

También la inundación hizo que desde hace unos dos meses, desde que se tuvo el avance de las aguas, ya no tengan la producción de queso, y en muchos casos se redujo la cantidad de gallinas en los hogares. “Se viven situaciones muy difíciles. Hace unos días un vecino me comentó con mucha pena de cómo vio morir a sus gallinas, pese a que las había ubicado en una estructura alta de la casa”, contó Machado.

En Guazú Cuá, Leandro Santacruz, albañil y herrero, debe estar pendiente de conseguir movilidad que le pueda acercar hasta la ruta 4 para ir a buscar trabajo en otro punto del país. “Aquí ya no tengo nada que hacer, mi herrería está llena de agua, y ni como albañil puedo trabajar. Pero viajar hasta Asunción tampoco es fácil por el costo que sale una movilidad”, relató el morador.

Comentó que está como damnificado en las instalaciones de la Municipalidad, donde ya recibió la donación del kits de alimentos. “Como ya llevamos dos meses en esta situación, y todo parece seguirá por un buen tiempo, desearíamos un refuerzo”, apunto.

Las clases continúan

El Colegio Rigoberto Caballero sigue funcionando a pesar de que toda la instalación esta rodeada de agua, pero afortunadamente la estructura en sí aún no fue anegada, por lo que las clases continúan.

A pesar de la situación, los alumnos no se ausentan, e incluso disfrutan en el receso o la salida del agua, correteando en medio de charcos. La llegada es más complicada, ya que muchos deben trasladarse en canoa, pero aún así conservan el entusiasmo.

Ya se siente la falta de trabajo

Ya sobre la ruta 4, en la compañía Carandayty, de Guasu Cuá, en una humilde vivienda a la que le avanzó el agua del esteral vive Delia Martínez, quien ayer estaba moviendo a sus pocas vaquillas al otro lado de la ruta, en un sitio donde aún no todo el terreno está inundado. “Nos trajeron el kit de alimentos, varios artículos tenemos aún, pero ya se nos acabó el arroz, el azúcar, y nos gustaría que nos vuelvan a entregar esos alimentos que más consumimos. Porque trabajo no hay. Mi marido, que es sierrista, no consigue trabajar en medio de la inundación”, indicó.