Y fueron muy buenos segundos 45 minutos los que tuvo al elenco dirigido por Mario Grana, para superar con claridad a Capiatá, que sintió en demasía la expulsión del central Jorge Paredes, quien fue a las duchas muy temprano, tras infantiles infracciones.
Y era Capiatá antes de ello el que proponía mejor fútbol y generaba mayor peligro.
El complemento terminó por ratificar el bajón futbolístico capiateño y la levantada del dueño de casa.
Cardozo Lucena abrió la cuenta, golazo desde fuera del área, que ponía de ganador al Rubio. Alejandro Da Silva no quiso ser menos y tras ganar un balón en la salida rival, envió otro zapatazo que venció por segunda vez la resistencia de Tobías Vargas.
Había más y vendría el segundo de Da Silva, de cabeza; sí, el pequeñín delantero ganó en el primer palo y decretó lo que por ese entonces era goleada, para lo que podría representar el renacer del equipo del barrio Trinidad.
En Capiatá fallaron en la puntada final. A un jugador clave como Fabio Escobar le falló la puntería.