A pesar de los daños ocasionados y que haya transcurrido más de una semana, aún se notan residuos varios en la canalización, columnas de la ANDE caídas o por caerse, y dos vertederos de basura a pasos por donde circula el agua de lluvia.
El año pasado culminó la obra de alcantarillado pluvial que realizó el Ministerio de Obras Públicas en el arroyo Fortín, que abarcó asentamientos situados en los barrios Ypatí, Rosedal, San Juan y María Gloria.
La obra fue realizada por gestiones de comisiones vecinales, con el fin de superar las zanjas que tenían en la zona y que con cada lluvia carcomía el terreno. Finalizó en el segundo semestre del 2017.
Este alcantarillado pluvial, que tiene sectores con entubamiento y áreas con canalización a cielo abierto, no cumplió con su función, durante la torrencial lluvia de enero que cayó en Villa Elisa.
Ante el taponamiento de los sumideros y las bocas debajo de los puentes construidos a lo largo del alcantarillado, el agua rebasó la superficie y llevó por delante estructuras de humildes casas situadas sobre un barranco y destruyó la placita construida al costado del puente Rosedal, lugar donde hay un muro derribado y el terreno erosionado. Este es el sector más dañado.
La gran cantidad de basura con disposición inadecuada se da a pesar de que se tiene el sistema de recolección en esos barrios que cuenta con la canalización del arroyo Fortín, con una tarifa social mensual de G. 17.500.
DISTINTAS VISIONES. Entre los pobladores de las zonas por donde pasa el alcantarillado pluvial surgen distintas visiones de los motivos que llevaron a que el alcantarillado pluvial se colmatara y no funcione, y para que el raudal removiera el terreno, destruyendo una parte de la obra del MOPC.
Están los vecinos que consideran que la no limpieza a tiempo de las basuras en los sumideros llevó a que el raudal no pueda escurrirse por el canal abierto y cerrado del alcantarillado pluvial.
Por su parte, moradores que tienen en sus alrededores los vertederos irregulares, con gran acumulación de residuos, consideran que la devastación que hubo en la obra pluvial fue porque no construyeron la cantidad necesaria de sumideros al tramo donde está entubado, y porque desviaron el caudal natural que mantenía el raudal para instalar la alcantarilla cerrada.
Sobre la existencia de los vertederos, dijeron que son basura que se les trae y que luego compran bolsas de arena para realizar un relleno e ir ganando terreno para utilizar.
DIFÍCIL DE LIMPIAR. El intendente municipal de Villa Elisa, Ricardo Estigarribia, expresó que ya sacaron toda la basura que quedó del raudal. Precisó que por la forma en que se hizo la obra pluvial no pueden limpiar con facilidad. “Los del MOPC nos dijeron que hay que meterse dentro de las alcantarillas para hacer la limpieza, pero no se puede ir como 400 metros dentro del tubo”, apuntó.
Dijo que la limpieza se hubiera facilitado si el MOPC realizaba el desagüe pluvial a cielo abierto, “porque así se introduce un tractor y se limpia todo de una vez”.
Estigarribia fue consultado sobre los planes que tiene el Municipio para despejar los dos vertederos que están a pasos del arroyo Fortín, uno detrás de la escuela América, atendiendo las intensas lluvias que se tienen y que puede producirse otro taponamiento del desagüe pluvial. El jefe comunal respondió que hará revisar la zona donde están esos depósitos de desechos.
Los residuos los tiran incluso desde camionetas, y a toda hora. Y hay mucha maleza al borde del canal. Marta Duarte, pobladora de Sol de Mayo.
La inundación que se tuvo se agudizó porque los sumideros estaban taponados de desechos.
Richart Fretes, vecino del barrio Rosedal.