La vuelta al equipo base de Mendieta y Julián le devolvió al Franjeado ese poder y variante en el juego ofensivo, del cual careció en el duelo de la fecha pasada ante Guaraní. Mendoza, otro que retornó, se encargó de dar equilibrio y salida limpia en el medio sector del Decano.
VOLUNTAD. Desde un inicio, el conjunto auriazul salió a jugar de igual a igual con Marín como abanderado, acompañado por Godoy y Núñez, a los que por momentos se sumaba Ariosa para tratar de imponer su juego.
La visita supo manejar el juego por momentos, pero careciendo de ideas para ser peligroso a la hora de acercarse a la portería de Diego Barreto. Después de las desconcentraciones en el arranque, la defensa local se ordenó y se mostró muy segura.
Punto aparte. Cuando un equipo gana de esta forma, muchas veces se hace difícil encontrar puntos flacos. Pero me parece que Roque Santa Cruz sigue pasándola mal dentro de un esquema de juego que le exige estar de espaldas al arco, buscar siempre por arriba (que no es su fuerte) o ir al choque, lo que no le favorece.
Pero más allá de eso, el hincha de Olimpia tuvo una tarde para deleitarse con los goles de Mendieta (doblete), Lucho y Mendoza. Esta fue de esas victorias necesarias para recuperar fuerzas y esperanzas.