Gente estúpida hay aquí, allá y en todas partes. Hoy me quiero referir a un grupo de aquí y a otro de asha.
Comencemos por los que están al otro lado del río.
Un grupo de veraneantes estaban de lo más feliz en una playa de nombre Teresita, cerca de Buenos Aires, cuando apareció un delfín de la especie la franciscana, o delfín del Plata.
Este es uno de los más pequeños del mundo, y puede vivir tanto en agua salada como dulce. Lo que no puede el pobre animal es vivir sin aire (Maná dixit, perdón por el horrible chiste).
Los bañistas no tuvieron mejor idea que sacarlo del agua para hacerse selfies con él. Así como escucha señora, lo sacaron del agua y foto va, foto viene, el delfín se murió.
La historia se viralizó cuando el jugador de Boca, Carlos Tévez, compartió la imagen en su cuenta de Facebook, pidiendo que los estúpidos estos sean identificados.
Se dice que los delfines se encuentran entre las especies más inteligentes que habitan en el planeta. No dudo que lo sean, sobre todo, más inteligentes que este hato de estúpidos de la playa.
Abrir las piernas. Pasemos ahora a los nativos. En el 2015, un diputado paraguayo demandó por extorsión a una mujer que le pedía el reconocimiento de su hijo, y la pensión alimentaria correspondiente.
Ahora resulta que el niño fue reconocido dos veces en el Registro Civil. El primero fue el secretario privado del diputado; y el segundo reconocimiento es el del parlamentario que antes había negado la paternidad.
Además de la actitud cobarde del parlamentario, vale la pena detenerse en las opiniones de algunos lectores en la web de ÚH. Por respeto a la teleaudiencia mencionaremos solo algunos.
Héctor Godoy: “Bueno che ama, ¿a quién puta te abriste?”.
Gustavo Rodrig: "¡Sí, cómo no! [Para] Muchas, su empresa es embarazarse de casados u otro boludo para vivir 18 años con dinero e incluso varios hijos. Basta de mucha novela mejicana y Disney para dramatizar su caso”.
Darío Villo: “La historia comienza cuando ella sin problemas, sin vergüenza y sin preservativo le abre las piernas al otro sin vergüenza”.
Como se ve, a estos idiotas no les importan los derechos del niño no reconocido, quien además no recibe ayuda económica del padre. Pero sí les preocupa que la madre del niño haya abierto las piernas, y se atreven a criticarle. No tienen pudor para desnudar su ignorancia, y ni tienen conciencia de que lo están haciendo.
Ante tal exposición de trogloditismo, huelgan más comentarios, salvo aceptar que los delfines son mucho más inteligentes que los humanos.