Ese episodio tuvo lugar cuando un grupo de funcionarios y guardias de Fiuna intentaron desbloquear los accesos a la institución, cerrados con sillas y parabólicas. En esa ocasión, resultaron heridos al menos dos padres, un estudiante y dos funcionarios.
El 18 de enero último, entregaron un extenso relatorio de lo sucedido al rector de la UNA, Abel Bernal, para que ponga a consideración de los miembros del Consejo Superior Universitario (CSU).
“El Consejo Superior tiene que tratar lo acontecido y dar una sanción en base a los reglamentos que tiene la UNA. Esperamos una sanción y una reglamentación para que a ningún otro decano se le ocurra hacer cosas como esas”, refirió al afirmar que el entonces decano de Fiuna comandó dicho operativo.
“Él (Cabrera) estaba parado enfrente, vino con un montón de guardias de la Facultad más gente de civil y funcionarios. Ahí se desató una batalla campal. Y si no hubiera sido una cuestión dirigida por él, podía parar eso (el desbloqueo) diciéndoles a los funcionarios y a los guardias que paren. Al contrario, por atrás de la Facultad vino otro grupo que atacó a los padres”, relató no sin dejar de mencionar que ellos les reclamaron entonces una orden judicial para el procedimiento.
“Cómo es posible que la conducción universitaria no haya abierto una investigación sobre ese desalojo violento”, apuntó la mujer al remarcar que como el “operativo se hizo dentro del campus” universitario, lo que buscan, aseguró, es que “esto no se repita”.
Desmarque. Si bien Cabrera estuvo presente el día del desalojo, los funcionarios –en un comunicado posterior– deslindaron responsabilidad del entonces decano y asumieron la conducción del operativo.