Una de las denuncias tiene que ver con la sistemática contratación de la empresa Ayrflow Servicios, cuyo dueño es Florencio Miguel Ángel Rivas Santacruz, quien es primo hermano de Fernando Jhoni Báez Santacruz, gerente financiero de Essap. La ley prohíbe a entes públicos contratar con firmas de parientes directos.
En agosto pasado, esta compañía le facturó más de G. 13 millones a la aguatera estatal y los números de las facturas son correlativos. También se objeta que la empresa no está ubicada en la dirección que declara en sus boletas.
Otro de los hechos que se cuestionan es que una empresa que está al lado de la sede central de Essap, llamada Todo Regalos, facturó en noviembre G. 1.200.000 por 10 paquetes de aros de goma. Según los denunciantes, son las gomas para atar billetes y papeles, puesto que las gomitas para atar cañerías solo se venden en ferreterías. Aquí habría sofrefacturación. ÚH llamó al negocio (bazar) y la persona que contestó indicó que no tenían aro de goma y tampoco sabía el precio que tendrían.
Semanas atrás se publicó que en concepto de anticipos a rendir, directivos de Essap retiraron en total casi G. 30.000 millones en el 2015 y sindicalistas ratificaron que no se vieron obras ni mejoras.
TRANQUILOS. Basso aseguró que hay tranquilidad en la administración de la Essap porque estas denuncias solo son malintencionadas. Indicó que la provisión de agua potable es un servicio básico, según establece la Constitución, y cuando hay emergencias no se puede estar haciendo procesos largos para garantizar el servicio. “Cuando detectás que vas a tener problemas graves y la ciudadanía puede sufrir, hay que obrar. Se puede optar por la solución más rápida y conveniente para la empresa. Se hizo así en todos los casos y hay documentos”, explicó.
Miguel Ángel Rivas Santacruz admitió ser el primo del gerente financiero de Essap, pero aseguró que no hay nada malo en pedir ayuda a su familiar para que se le contrate. Dijo que su primo derivó su pedido a otros gerentes y él nunca lo contrató directamente. Señaló que su empresa es chica, y si bien no está en esa dirección exacta, sí se halla en Ñemby. Comentó que en 21 meses solo facturó un promedio de G. 20 millones.