18 abr. 2024

Escasez de remedios y calor sofocan a pacientes del Hospital de Itauguá

El calor no da respiro. Los enfermos y acompañantes sufren ante la falta de acondicionadores de aire y ventiladores en las salas de espera y de internaciones en el Hospital Nacional de Itauguá.

El panorama es exasperante mientras el termómetro marca 35ºC a las 11.00. Ante la falta de ventiladores, las personas emulan una pantalla usando hojas o cualquier objeto para intentar soplarse para aplacar el calor mientras esperan ingresar a las consultas ambulatorias. El tereré es el aliado principal de los pacientes y acompañantes.

Parados, con rostros cansados, ofuscados, sudando, recostados en la pared o simplemente se rinden y se sientan en el piso, así aguardan los pacientes para recibir atención médica. Para hacer más leve la espera, muchas personas optan por sentarse afuera, usan de asiento el piso o los escalones de la entrada. Otros llevan sus asientos plegables para estar cómodos.

Dos abuelos en sillas de ruedas usan el patio para respirar aire fresco, un leve viento les apacigua el calor, mientras esperan subir al auto para volver a su ciudad natal, Caaguazú.

No solo el verano ardiente sofoca, también la falta de insumos y medicamentos para los enfermos. Calcio o anticoagulante son solo algunos ítems que no dispone la farmacia del Hospital de Itauguá, según la denuncia de los pacientes. Martina Garcete destacó la atención médica, pero comentó que no pudo retirar calcio de la farmacia, aunque sí otros medicamentos. Ella sigue tratamiento contra el lupus.

Tiene 89 años y está internada desde el 23 de octubre. Un ventilador intenta aplacar el calor en la precaria sala, pero no es suficiente. La madre de Juliana Gutiérrez tuvo pancreatitis, la semana pasada entró a cirugía y actualmente precisa un anticoagulante. La respuesta en la farmacia es que no hay en stock. Lleva 98 días acompañando a su madre y deberá hacer malabarismos para comprar la medicina que estima tiene un costo de G. 90.000 cada una. Precisan dos dosis por día.

Las altas temperaturas incomodan a su madre, relató. “El calor es insoportable. No hay aire en las internaciones. Los pacientes que están crónicos necesitan (aire acondicionado)”.