11 may. 2025

“Es una invitación a perder el miedo”

Por Gustavo A. Olmedo B.

Difusión.  Juan Manuel Cotelo comenta que la distribución del filme se realizó exclusivamente por pedidos por internet.

Difusión. Juan Manuel Cotelo comenta que la distribución del filme se realizó exclusivamente por pedidos por internet.

Juan Manuel Cotelo explica que su filme Tierra de María –estrenado el viernes pasado en Paraguay– surge de descubrir “que hay una receta gratuita que cura todas las heridas del corazón humano”. En esta entrevista con Última Hora, vía correo electrónico, el actor y director español afirma que no se conforma con entretener a través del cine, y que el filme “es una invitación a perder el miedo a conocer la verdad sobre Dios” y nosotros mismos.

–¿Por qué eligió este tema?

–El filme surge de descubrir que hay una receta gratuita, que cura todas las heridas del corazón humano, pero que muchas personas no conocen, o piensan que no funciona sin haberla probado, y caminan sin esperanza por la vida, acumulando nuevas heridas.

–¿Cuál es el mensaje central que plantea?

–Es una invitación a perder el miedo a conocer la verdad sobre Dios y cada uno de nosotros. No hemos de tener miedo a la verdad. Si en la investigación valiente sobre Dios, una persona descubre que no hay Dios... entonces vivirá en consecuencia. Pero si descubriera que es verdad que somos amados, perdonados... ¿tendrá miedo de cambiar lo que haya que cambiar? Ésa es la investigación que plantea.

–¿No teme a la crítica?

–El miedo no puede conducir nunca a nada bueno. Quien tenga miedo a las críticas que no salga a la calle. Aquí lo que tiene caducidad y consecuencias dramáticas es quitar a Dios de nuestra vida. Ya hemos dinamitado los Mandamientos... y así nos va.

–¿Qué desafíos tiene el hacer cine con esta temática?

–Los mismos que para cualquier película, que el espectador salga contento por su apuesta de tiempo y de dinero. A eso añadiría que no nos conformamos con entretener, sino que aspiramos a provocar una reflexión y una invitación a amar más al salir del cine. Los sacrificios no pesan cuando se ama el destino al que te diriges.

–La película gira en torno a la duda. ¿Por qué?

–Dudar es humano, es sano. El ser humano ha avanzado a base de meterse en los territorios apasionantes del misterio. Lo malo es perder el deseo de conocer, dar por válidos los tópicos imperantes sin someterlos a juicio. El conocimiento y el amor van unidos. Por ejemplo, cuanto más se conoce a Dios, más se le ama. Solamente la ignorancia de Dios provoca apatía.

–¿Por qué enfatiza el tema de la libertad?

–Porque es el territorio inviolable en el que nos movemos para amar. Sin libertad, no es posible amar. Dios nos ha creado libres, porque espera que le amemos y nos amemos libremente. Si nuestro destino no fuera el amor, tal vez nos habría programado sometidos a leyes físicas y químicas, como al resto de las criaturas del universo. Nuestro presente y futuro está en nuestras manos.

–¿Este filme es un aporte?

–No me pregunto lo que aportó a nuestro tiempo, sino lo que aportó a cada espectador. Si le aportó una invitación amable al amor, me doy por satisfecho. El resto, lo hace cada espectador al salir del cine, en la única película que realmente importa: su vida real.

–¿Cree que la fe es razonable?

–Depende de la fe en qué. La fe en que procedemos de la nada y vamos a la nada, me resulta la fe más irracional posible; de la nada surge nada. La fe en la casualidad, en la ausencia de causa, me parece insostenible. En cambio, la fe en que todo tiene una causa me parece racional. Así como en la existencia del misterio. Es racional saber que el límite de la realidad no es mi propia inteligencia, que la realidad es mayor que lo que yo comprendo, y que el mundo ha sido creado por Alguien con voluntad.