19 jul. 2025

“Es mi deseo que madure el pueblo o vamos a ir de tumbo en tumbo”

Crítico.  Valenzuela  debutó en el mayor púlpito con  palos a los políticos y  jueces corruptos.

Crítico. Valenzuela debutó en el mayor púlpito con palos a los políticos y jueces corruptos.

Pepe Vargas
jvargas@uhora.com.py

"¿A quién vamos a elegir? ¿Qué clase de candidatos deseamos?”. Estas preguntas lanzó monseñor Ricardo Valenzuela a los fieles durante la homilía, el pasado 8 de diciembre, que estuvo cargada de cuestionamientos hacia las autoridades del Gobierno y representantes de los poderes del Estado.

Todavía no termina de asimilar lo que es la festividad de la Virgen de Caacupé por la saturación de información e historias que se cruzan a su paso. Tiene que ir un día al río a pescar, dice, como para sacar y hacer un balance de este su primer encuentro ecuménico en honor a la santa patrona de los paraguayos católicos como obispo de la Capital Espiritual del país.

–Tuvo mucha repercusión su prédica en el Día de la Virgen. ¿Pudo hacer un balance de todo lo que se dijo?

–La verdad es que todavía no tuve tiempo de mirar, a veces sí me hace comentarios la gente, me mandan por Whatsapp y veo si tengo tiempo, porque todavía hay mucha gente por acá, no te da un tiempo y todavía no pude hacer una evaluación de todo eso. Tengo que ir afuera y ver. Pero lo bueno y lo importante es que haya sido de provecho para la gente, para el pueblo. Desde luego que siempre habrá gente que se molesta, pero así es la verdad, como se dice. Hay que ayudarle al pueblo.

–¿Cree que el presidente Horacio Cartes se esperaba un aluvión de críticas?

–(Prolongado silencio) No sé, che. Porque yo simplemente cedí algunas palabras claves para la gente. No pongo nombre, ni de ninguna institución, porque lo que quiero es que el pueblo entienda y comprenda. Es mi deseo que madure el pueblo o sino vamos a ir otra vez de tumbo en tumbo. Hay quienes desperdician tanto dinero y tenemos cuántos jóvenes y niños que están esperando que urgente surjan líderes que muestren el camino, el norte, pero ya con herramientas firmes y sólidas; con revestimiento de la persona, con honestidad, autenticidad, integridad y amor a la patria.

–Los fieles le aplaudieron casi en cada frase, ¿se dio cuenta de que Cartes no hizo lo mismo?

–La verdad que eso no he visto, no me fijé, porque tenía que estar concentrado, porque cualquier cosita te puede hacer desviar y perder el hilo y cuesta agarrar el hilo cuando se te escapa.

–¿No habló con el presidente sobre lo que dijo desde el púlpito de la Basílica?

–No, no, no. Más bien se habló de otra cosa y yo ya dije lo que tenía que decir y aprovecharon los otros obispos que estaban también ahí (en el desayuno) para poder hablar de sus proyectos en sus comunidades.

–¿Y los obispos les dijeron algo sobre su sermón? Porque, en su momento, Ud. dijo que tendría en cuenta las sugerencias de cada uno de sus pares para preparar su prédica...

–Como obispo de Caacupé recojo un poco las prédicas que hicieron todos los otros obispos. Y como para no repetir lo mismo, miro un poco la línea que van siguiendo y solamente a mí me faltaba culminar nomás y responder sobre el tema de la corrupción y las elecciones. Esos dos estaban faltando como para remachar, porque los otros no tocaron tanto esos temas.

–¿Cuál es la principal sugerencia que les hace a los electores en estas internas de hoy?

–Lo principal es que tengan en cuenta la honestidad y la honradez de estas personas, tanto de los políticos como de los que les siguen. Y que la gente no se deje embaucar para que su voto sea válido. Eso es lo fundamental, es la única manera para construir el Paraguay; porque o sino todo va a ser sobre arena movida.

–En las redes sociales no faltaron quienes piensan que usted en su homilía por poco hizo un llamado a votar en contra del candidato oficialista, más por las críticas que lanzó al Gobierno. ¿Qué puede decir al respecto?

–No, mira, yo le hablé bien a mi pueblo y después simplemente cada uno estira. Hay un viejo refrán que dice: ‘un texto quitado de su contexto se convierte en pretexto’. De ninguna manera jamás voy a hacer eso. Todos son mis hijos, como se dice, de un color o de otro color. Por eso inicié mi predicación diciendo que ‘la voluntad del Padre es que ninguno se pierda’ y terminé con eso también. Entonces, tiene una sola dirección y es que vamos a darles una oportunidad a todos y se les elige a algunos para que sean gestores públicos del bien común, no nos interesa tanto el color, sino que sean honestos.

–¿Qué les diría en particular a los precandidatos que buscan la presidencia de la República?

–Lo más importante que les diría es esto que sucedió con un ministro durante la Guerra del Chaco: que tengan el valor de usar medias remendadas. Que se revistan de honestidad porque es sobre lo único en lo cual se puede construir y levantar una nación; como dijimos: con la corrupción es imposible construir, no se gana nunca, no se obtiene nunca una victoria. Simplemente yo le repetiría lo que dije en la homilía.

–¿Cree que debería existir algún tipo de sanción a los que hacen promesas en su campaña y no cumplen?

–Eso tenemos que dejar a cargo de la gente. Ellos son los que van a imponer las sanciones.

–En una ocasión había criticado el advenimiento de “candidatos improvisados”. ¿Se refiere a quienes están pugnando por la presidencia o lo hizo en forma general?

–(Otro prolongado silencio) A veces, por esa suerte del destino, sobre ese que pensamos que es un improvisado puede que sea honrado por dentro, es honesto y ahí puede resultar algo bueno. Y hay otros que a lo mejor ya son conocidos y viste lo que fue en un periodo, entonces hay que ver si vale o no la pena. Ahora, es importante ver de dónde surge. A un cantante le puede ir gustando la política y va tomando conciencia y un día dice: ‘yo quiero servir al pueblo y por qué'. Bueno, ahí está, entonces se va formando la conciencia que tenga ese candidato y eso es lo importante, que quiera servir. Ser político significa ser un servidor que hace gestión pública al servicio de la gente.

–¿Qué deficiencias ve en los políticos de hoy?

–Una de las deficiencias más grandes que tienen nuestros líderes actuales es que no saben cautivarles a los jóvenes. Los líderes de hoy en día tienen que saber eso, cómo captarles y cómo engancharles a los jóvenes. Es difícil porque son muy pillos, porque el joven de hoy te observa y mira cuál es tu pensamiento, tu sueño; después escucha tus palabras y luego ve tus acciones. Si no se encadenan los tres, entonces no les resulta atractivo. Ellos son exigentes en ese sentido. Por eso es que cuesta captarles con los líderes que tenemos. Ven que hay muchas palabras y no hay casi acciones ni coherencias.