Por las noches, las tapas de los registros rebosan y los desperdicios cloacales aportan a la infestación del maltrecho espejo de agua.
El fétido hedor perdura durante las horas del día y se percibe al recorrer las calles, donde sobresalen en el empedrado, los vestigios verdes del albañal.
“Insoportable es el olor, totalmente nauseabundo”, se queja Gloria Rolón, habitante de temporada en la zona, cuya vivienda se encuentra a media cuadra de la conocida avenida Guillermo Nauman.
Esta problemática se repite en época de calor, en atención a que –aparentemente– la energía eléctrica no abastece.
La estación de bombeo de la aguatera, emplazada a menos de 100 metros del muelle, funciona a medias a causa de los constantes cortes del suministro de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE). “Habíamos hecho la denuncia en el Municipio, pero esto es parte de la Essap y la falta de acompañamiento de la ANDE”, menciona la vecina con relación a la baja tensión que se registra en las noches por el aumento de la demanda de electricidad.
“El transformador no es suficiente para que ese motor funcione y constantemente tiene problemas”, refiere.
Las casas en el lugar están conectadas a la red cloacal de la aguatera y los vecinos aseguran que ya no arrojan sus desperdicios al lago.
Un equipo de ÚH constató –el domingo último– que la planta de bombeo de Essap estaba funcionando, pero los denunciantes aseveran que día de por medio tiene problemas esa estación. “La ANDE no acompaña porque deberían cambiar el transformador”.
Queda en evidencia la falta de infraestructura ante el crecimiento demográfico en la zona. El consumo de electricidad es mayor y no da abasto durante la temporada de verano.