De hecho, en Barcelona se aplica el proyecto desde hace dos años en 8 instituciones educativas de la red de escuelas de la Orden de Jesús, donde al menos una de ellas es de menores recursos y se encuentra en un barrio del mismo nivel económico. “La condición de que el proyecto se lleve a cabo en la escuela piloto es que debe costar igual al proceso tradicional, conseguimos que no se gaste ni un guaraní más”, comentó a Última Hora el líder del programa.
Agregó que “el principal recurso está en la mente, en nuestra visión de la persona. Es el marco mental que debe cambiar y es lo más difícil”.
En lo que respecta a la infraestructura, en la que se plantean aulas más grandes para 60 alumnos y tres docentes, colores amigables, expresó que se puede hacer en colaboración entre la comunidad educativa. “Pueden pintar profesores, padres y alumnos. Si se puede cambiar además el mobiliario y las luces, mejor, todo esto acompaña, pero no es imprescindible”, comenta.
Las transformaciones de la estructura escolar, incluyendo el currículo y la infraestructura están basadas en teorías de la neurociencia, que indican que los niños aprenden mejor cuando están conectados, cuestión que no ocurre con el método tradicional, según la fundación. En el país, participaron de las charlas de Xavier Aragay representantes y educadores de las escuelas de Fe y Alegría, que trabajan con sectores de escasos recursos en las zonas bajas de la capital.