29 mar. 2024

En diez años aumentó en 77% la cantidad de jóvenes que estudian

Los datos recogidos del libro Inserción de los Jóvenes en el Mercado del Trabajo, elaborado por el Cadep, revelan que en el país unos 727.000 jóvenes, de entre 15 y 24 años, dedican su tiempo al estudio.

Análisis.  Borda (centro) explica el alcance del estudio.

Análisis. Borda (centro) explica el alcance del estudio.

En el 2002, al menos 410.000 jóvenes estudiaban, de los cuales 200.000 estudiaban y trabajaban a la vez. Esta cifra creció en los últimos diez años a 727.000, de los cuales 342.000 trabajaban y estudiaban a la vez, representando en total un aumento del 77% de la categoría de jóvenes que estudian. Esto explica por qué aumentó significativamente el número estudiantes en universidades e institutos de enseñanza, tanto en el sector público como privado.

Los datos fueron extraídos del material bibliográfico redactado bajo la coordinación de Dionisio Borda, Cynthia González y Diana García y que fue presentado anoche, en un acto celebrado en el Gran Hotel del Paraguay.

García destacó que hoy, a diferencia de generaciones anteriores, los jóvenes trabajan para estudiar y sus ingresos son destinados para costear estudios terciarios. De todas formas, indicó que hay una sobrevaloración por la formación profesional, ya que el joven aspira a ubicarse en un empleo que le brinde mejores remuneraciones.

Según González, el sistema educativo tuvo su rol fundamental y fue capaz de retener a los jóvenes en las aulas, por lo que la tasa de participación de jóvenes en el mercado de trabajo disminuyó.

Borda destacó, por su parte, que el capital educativo aumentó considerablemente, con mayor caudal de jóvenes cursando niveles secundario y terciario en ciudad e interior. “Paradójicamente, igual con formación terciaria, a muchos jóvenes les cuesta insertarse en el mercado de trabajo; suponemos que es por una aspiración mayor del joven a un ámbito en el que no tiene calificación para insertarse. Hay sobreoferta de gente con título universitario que no ingresa al mercado de trabajo”, explicó.

Los datos también señalan que en 2012 alrededor del 20% formaba parte del segmento joven de 15 a 24 años de edad, que representaba 1.375.00 personas. En términos absolutos, hubo un aumento de este segmento en un 27% con respecto al 2002 cuando el número de esta población era de 1.079.783

En la variable denominada “no trabajan ni estudian” se resalta una disminución del porcentaje; en el año 2002 había 184.783 jóvenes en esta situación; diez años después, esa cifra se redujo en un 8%; no obstante, aumentó por un lado el segmento de esta población, pero actualmente son solo 170.000 los jóvenes que no realizan actividades estudiantiles o laborales.

SITUACIÓN LABORAL. La tasa de desempleo, si bien disminuyó del 18% al 11%, sigue siendo tres veces mayor que la de los adultos; tanto en el área rural como urbana, persisten aún los problemas de acceso y de calidad de empleos.

El porcentaje de jóvenes que trabajan de manera informal representa el 77% de manera global. En el área urbana las cifras indican un 74%, mientras que en el campo un 85%. La informalidad supone la ausencia de un contrato laboral, cobertura de seguridad social y pago de salario mínimo.

El número de jóvenes asalariados también es otro punto llamativo; de 562.000 que había, en el 2002, creció a unos 731.000 que perciben un sueldo mensual. Para los jóvenes urbanos un trabajo seguro es asociado a ser empleado público, mientras que para sus pares rurales alcanzar una profesión lo asocian con obtener un título universitario.

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