“Seamos claros, Estados Unidos no se dejará intimidar por el dictador belicoso de Pyongyang”, dijo Ryan el alusión a Kim Jong-un en una declaración de rechazo al lanzamiento del cohete de largo alcance norcoreano para poner en órbita un satélite, que parte de la comunidad internacional considera una prueba balística encubierta.
“Este tipo de comportamiento provocativo es exactamente el motivo por el que la Cámara de Representantes acaba de aprobar sanciones adicionales para aislar aún más al régimen de Kim”, agregó.
El presiente del Congreso estadounidense aseguró que Estados Unidos debe seguir financiando sus sistemas de defensa balísticos y mantenerse junto a sus socios regionales ante “esta nueva ronda de la agresión de Corea del Norte”.
El Gobierno estadounidense condenó este sábado el lanzamiento del cohete norcoreano y anunció que tomará “todas las medidas necesarias” para defender su seguridad y la de sus aliados ante esta nueva acción “desestabilizadora y provocadora” del régimen de Pyongyang.
Según Estados Unidos, el lanzamiento del misil es “una violación flagrante de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, que hoy se reunió con carácter de urgencia para tratar el asunto.
El sábado, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, llamó a actuar de modo “firme” y “unido” en el Consejo de Seguridad de la ONU, “con medidas que dejen clara la determinación de la comunidad internacional de hacer frente a la búsqueda por parte de Corea del Norte de capacidades de misiles balísticos”.
El lanzamiento tuvo lugar el sábado sobre las 09.30 hora surcoreana (00.30 GMT) desde la base de Sohae, también conocida como Dongchang-ri, en el extremo noroccidental del país, confirmaron fuentes militares a la agencia surcoreana Yonhap.
Corea del Norte anunció el sábado que adelantaba el lanzamiento de un cohete de largo alcance entre el 7 y el 14 de febrero, en lugar del período inicialmente anunciado a varias organizaciones internacionales, que iba desde el 8 al 25 de este mes.
La comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, había instado al régimen norcoreano a desistir de su plan, al considerar que esconde en realidad un ensayo encubierto de misiles balísticos y violaría por tanto varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
