14 may. 2024

El riesgo de ser intendente en Tacuatí

[INFOGRAFÍA] Tres es el número de intendentes de Tacuatí que han sido ultimados en los últimos cuatro años, todos ellos de manera violenta. La influencia de grupos armados como el EPP y las constantes amenazas, incluso de políticos, hace que la administración municipal se vuelva una tarea arriesgada. La población ve con temor la permanencia en dicha zona y migran a otras localidades en busca de mejores oportunidades laborales y de estudio.

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El intendente colorado de Tacuatí, Ramón Carrillo, en compañía del presidente de la República, Horacio Cartes. Foto: Archivo ÚH

Nacido como reducción de indígenas a fines del 1700, Tacuatí es un remoto pueblo del Paraguay ubicado a 213 kilómetros de Asunción, a orillas del río Ypané, a pesar de su lejanía cuenta con 11.079 habitantes en total, de los cuales 5.898 son varones y 5.181 son mujeres, según proyecciones de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos.

Además del atractivo turístico que representan las escrituras rupestres y ruinas de un antiguo templo a orillas del río Ypane, este pueblo se ha vuelto una zona insegura, sobre todo para aquellos audaces o imprudentes hombres que deseen ser intendentes.

Esto lo demuestra la serie de asesinatos en los que fueron víctimas tres de sus jefes comunales en los últimos cuatro años. Se trata de Antonio Torres Cardozo, Luis Lindstron y Walberto Ramón Carrillo, asesinados en enero del 2013, mayo del 2013 y abril de 2016 respectivamente.

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Primer caso

El primero de los intendentes asesinado fue Antonio Torres Cardozo, quien fue asesinado de tres impactos de bala en enero de 2013, después de salir a pescar en las aguas del río Ypané, a unos 50 kilómetros de Tacuatí, a bordo de una barcaza.

El cadáver del entonces concejal y ex intendente tacuateño fue encontrado a orillas del río Ypané, alrededor de las 22.00. Torres Cardozo presentaba tres heridas de bala de diferentes calibres, de disparos a quemarropa.

El edil fue emboscado fuera del cauce hídrico en compañía de otro hombre, su secretario Froilán Mussi González, ambos fueron asesinados y sus cuerpos fueron tirados posteriormente al agua.

La Fiscalía presumió que el crimen tuvo un trasfondo relacionado con el tráfico de marihuana en la zona. No obstante, el intendente recibía también constantes amenazas por parte del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

Caso Lindstron

El segundo caso, del ganadero y ex intendente de Tacuatí, Luis Lindstron, adquirió y sigue teniendo amplia repercusión en los medios, sobre todo por el fatídico desenlace que tuvo.

Lindstron fue secuestrado por el grupo autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en el 2008 y al parecer nunca lo liberaron completamente.

El ganadero fue intendente de la pequeña localidad norteña durante el periodo 1991-1996. Los pobladores de Tacuatí destacaron constantemente su cariño hacia el ex intendente y que “muchas cosas cambiaron” tras la muerte del mismo.

Lindstron provenía de un importante nivel económico y a pesar de su incursión política nunca se alejó de sus estancias y propiedades; según los lugareños, el ex intendente acostumbraba conducir su tractor a diario para realizar los trabajos agrícolas.

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Su secuestro duró 40 días, desde el 31 de julio hasta el 12 de septiembre, cuando fue liberado tras pagarse alrededor de USD 400.000 por su rescate.

Después de su captura Lindstron prosiguió con las tareas en la zona junto con toda su familia, incluso se manejó la posibilidad de volver a candidatarse para la intendencia, no obstante, sus secuestradores nunca lo “liberaron”, fue obligado a donar tierras a campesinos además de dinero.

Una de las frases memorales del ex intendente fue la que pronunció en setiembre de 2011, cuando manifestó que “el Gobierno no dice toda la verdad sobre el EPP”, en aquel momento no existían aún ningún condenado por su caso.

Dos años después, en la estancia Fortaleza 2, en Tacuatí, San Pedro, fue asesinado de 15 impactos de bala. La fecha marcó un antes y un después para los habitantes de Tacuatí.

Cientos de personas participaron del sepelio del fallecido intendente de Tacuatí. Foto: Andrés Catalán

Cientos de personas participaron del sepelio del fallecido intendente de Tacuatí. Foto: Andrés Catalán

La muerte de Carrillo

El último de los asesinatos ocurrió el pasado domingo 24 de abril, la víctima, al igual que en las dos ocasiones anteriores, también fue un intendente, Ramón Carrillo, quien fue asesinado a tiros cuando se dirigía sobre su moto para encontrarse con su hija.

El jefe comunal dio ese mismo día el puntapié inicial en la inauguración del campeonato de la Liga Tacuateña de Fútbol, observó todo el partido y tras la culminación fue muerto en la calle, a bordo de su moto.

Los delincuentes que iban sobre otro biciclo llevaban cascos de seguridad para evitar ser reconocidos, abrieron fuego a quemarropa contra Carrillo y acto seguido se dieron a la fuga por una calle que lleva al distrito de Tacuatí Poty.

El crimen se registró aproximadamente a las 17.00, a plena luz del día, el cuerpo del intendente recibió cuatro impactos de bala calibre 9 mm, dos en la cabeza, uno en el cuello y otro en la espalda, perdió la vida de manera instantánea.

La esposa de Carrillo relató lo que le dijo el intendente antes de morir. Foto: Andrés Catalán.

La esposa de Carrillo relató lo que le dijo el intendente antes de morir. Foto: Andrés Catalán.

Miguela Colmán de Carillo, esposa del intendente de Tacuatí, Ramón Carrillo, sostuvo que su marido manifestó una gran tristeza momentos antes de salir de su casa y luego ser asesinado.

Según la viuda, Carrillo no tuvo “un solo enemigo personal” y ni siquiera tenían cercas en su vivienda. Indicó que después de las elecciones donde resultó ganador hubo mucha pelea, no le daban gobernabilidad.

Recordó que ante esa situación el entonces jefe comunal hizo un “acta de unidad” con todos los sectores, pero en el documento no constó que le pidió a los líderes campesinos que “no permitan que otras personas tomen el poder”.

Tacuatí es una ciudad de influencia, no solo del grupo armado EPP, sino también del ACA; no obstante, su población se caracteriza por llevar una vida bastante tranquila y con poca vida social nocturna, según las fuerzas del orden locales.

Por su parte, el párroco de la Iglesia católica de la ciudad de San Pedro desde hace 7 años, Giancarlo Nava, manifestó en una ocasión a este medio que la población padece la falta de fuentes laborales. “Hay falta de trabajo, falta de estudios superiores, esto hace que los jóvenes vayan a otros lugares”, señalaba.

Trabajo y estudio, estos son los motivos por los cuales los jóvenes de Tacuatí migran a otras ciudades. La muerte de Luis Lindstron afectó principalmente a la generación de empleo y la violencia de los últimos casos de asesinatos a autoridades comunales deja impregnada una sensación de temor entre sus habitantes y ahuyenta a los posibles inversores.