21 jul. 2025

El Papa rompió protocolos al recibir a delegación de obispos paraguayos

Fiel a su estilo. El primer encuentro del papa Francisco con la comitiva de obispos paraguayos se dio en un sitio despojado de toda solemnidad.

Ameno.  Los obispos mantuvieron una extensa charla con el Papa y le entregaron obsequios.

Ameno. Los obispos mantuvieron una extensa charla con el Papa y le entregaron obsequios.

De camino al Palacio del Vaticano, el Papa flanqueó –a bordo de su automóvil– a los prelados paraguayos que iban a su encuentro embutidos en la sotana filetata, la indumentaria oficial usada para la ocasión.

Monseñor Mario Melanio Medina, obispo emérito de San Juan de las Misiones, iba rezagado junto a otros pares de la delegación y escuchó la coloquial invitación a que se subiera al vehículo papal.

Se sentó al lado del conductor, y según relató después, ahí le puso al corriente a Francisco que ya habían llegado para la visita ad limina.

“Íbamos caminando y, de repente, se iba en auto el Papa y para; dice ‘suban adelante’... Le dije que la delegación paraguaya ya estaba para la visita y que estábamos contentísimos. Es una primera experiencia fuerte, viva, estar con el Papa antes de entrar a dialogar con el grupo”, expresó Medina.

Distendido. La reunión que mantuvieron con el Santo Padre después, en un ambiente más protocolar, se extendió casi por tres horas en el salón Juan XXIII.

En efecto, los obispos contaron que lo vieron muy contento y relajado al Papa; al punto que se olvidó del reloj y no dudó en extender más la charla que mantuvieron.

“Iban a ser dos horas nada más (el encuentro) y el Papa alargó 40 minutos más. Nos sentimos muy cómodos con él; hemos hablado de una cantidad impresionante de temas que los mismos obispos planteaban y, a veces, planteaba él también por su cuenta. Por ejemplo, sobre la relación Iglesia-Estado, sobre el sacerdocio, sobre la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), sobre el caso de Chiquitunga; después se habló también bastante sobre los indígenas y muchísimo sobre la juventud”, resumió monseñor Claudio Giménez, obispo emérito de Caacupé, a uno de los comunicadores de la CEP que integró la comitiva.

Obsequios. Un poncho tradicional de Piribebuy, un mantel de ñanduti, dos litros de miel de los indígenas de Cambay, Caaguazú, y un matero de plata fueron los regalos que los obispos le entregaron al Papa durante su primer encuentro en Roma.

Monseñor Pastor Cuquejo llevó chipita y le ofreció a Francisco, quien agradecido dijo que la comería con mate.

Los obispos visitarán hoy el Dicasterio para la Familia, Laicos y la Vida; así como la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, entre otros.