01 may. 2025

“El liderazgo no se puede enseñar en una pizarra, sino practicando”

Después de atender a unos turistas, Sandra Burgos camina rápidamente hasta el patio del Hotel Escuela Cerrito en el Bajo Chaco para conversar con Última Hora.

Burgos es una de los 150 estudiantes que cada año cursan el bachillerato técnico mixto en el que aprenden agropecuaria por un lado, y hotelería y turismo por el otro.

La institución educativa de gestión privada tiene un sistema único en el país. Bajo la figura del internado, los bachilleres conjugan las clases teóricas con las prácticas.

No solo estudian encerrados entre cuatro paredes como el resto. Trabajan la tierra culti- vando en huertas orgánicas, preparan dulces y crían anima- les. En cuanto al hotel que fun- ciona en el sitio, son los estu- diantes quienes hacen las camas y limpian las habitaciones, ponen en condiciones el lugar y atienden a los huéspedes.

“Apenas me hablaron de este lugar y mi mamá me dejó acá para que estudie. Aprendí a trabajar en equipo y a ser constante”, comenta Sandra. Llegó a Cerrito a los 14 años desde Capiibary, San Pedro, y hoy es una de los de los 150 jóvenes en el hotel escuela de la Fundación Paraguaya, ubicado en el kilómetro 46,5.

El centro educativo fue creado hace 13 años con la idea de enseñar a los estudiantes a ser líderes emprendedores, capaces de asegurarse el primer empleo, seguir estudiando en la universidad o incluso generar trabajos, cuenta el director, Luis Cateura.

Líderes. El director del instituto asegura que para lograr que sigan estudiando o trabajando, lo primordial es que formen liderazgos con las habilidades blandas que exige el mundo de hoy.

“Nosotros pensamos que el liderazgo no puede enseñarse en una pizarra, se hace, se enseña practicando”, apunta.

Recorriendo las instalaciones del hospedaje se observa a los secundarios atendiendo a los turistas, que llegan desde varios puntos del país y del extranjero. Tiene capacidad para más de 300 personas y también la posibilidad de solo pasar el día sin hospedarse. En el patio, la naturaleza y lo urbano se conjugan con una enorme piscina y un quincho en el centro.

“Pasar el día cuesta G. 70.000 y quedarse en las habitaciones G. 250.000 como referencia para una habitación matrimonial”, dice Cateura.

Todo lo recaudado, indica, va a parar al sostenimiento de la institución escolar.

Proyecto. Ahora los directivos de Cerrito buscan fondos para que los escolares puedan ir de intercambio al exterior, así como todos los años en Paraguay reciben a ecuatorianos y africanos en el lugar.

“Con la multiculturalidad, los chicos se dan cuenta de que en el mundo nada es imposible”, reflexiona Cateura.