Se trata de un grafiti de homenaje a estos músicos, autores de la aclamada canción “La chica de Ipanema”, realizado con el objetivo de promocionar la ciudad de Río de Janeiro en la capital nipona, ya que ambas serán la sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y 2020, respectivamente.
“La bossa nova es la tarjeta de visita de la cultura brasileña. No necesita ser promovida, pero si podemos utilizarla para promocionar otros aspectos de Brasil, como la celebración de los Juegos”, explicó hoy a Efe el consejero de Asuntos culturales de la Embajada del país suramericano en Tokio, Pedro Brancante.
La idea de inmortalizar a los músicos brasileños en un grafiti partió de Kobra, que trabajó cinco días en este mural de 15 metros de ancho por 4 de alto que se ubica en la fachada principal de la sede brasileña en la capital nipona, donde apenas existen murales de este tipo.
Kobra, de 38 años, ha retratado en un realista grafiti a De Moraes, tocando la guitarra, y Jobim, de perfil, sobre un fondo de colores vivos y figuras geométricas: “El resultado ha sido inmejorable y los viandantes toman fotografías y preguntan quiénes son los protagonistas”, detalló Brancante.
Además de promocionar la cultura brasileña en Japón, los responsables de la Embajada brasileña buscan con esta iniciativa fortalecer la conexión entre ambos países, con fuertes lazos migratorios e históricos.
El muralista Eduardo Kobra, que creció en una barriada de la periferia de la ciudad de Sao Paulo, es uno de los artistas con más renombre del grafiti en Brasil, donde ha retratado a figuras públicas como el arquitecto Oscar Niemeyer.