Bartesaghi, que dirige el Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay, sostuvo que “cualquier noticia vinculada con la calidad sanitaria” de los alimentos es negativa y afecta a toda la región” suramericana.
La Policía brasileña descubrió una mafia que adulteraba productos cárnicos vencidos y sobornaba a fiscales para facilitar su venta.
Según cálculos del Gobierno brasileño, el país –primer exportador de carne bovina y de pollo del mundo– podría perder casi el 10% de su mercado externo de carnes.
Varias naciones llegaron a bloquear la entrada a sus territorios de carne brasileña, una situación en la que algunos analistas vieron una oportunidad para otros países productores, como Argentina o Uruguay.
Sin embargo, Bartesaghi consideró que los países que se podrían beneficiar de la crisis de la carne brasileña no son ni Argentina ni Uruguay –miembros junto a Brasil, Paraguay y Venezuela del bloque Mercosur–, sino EEUU y Australia.
Al respecto, argumentó que “la vinculación de Argentina y Uruguay con Brasil y con el Mercosur es muy alta”.
Asimismo, consideró que desde la óptica asiática y del resto del mundo separar al Brasil de sus vecinos argentinos y uruguayos es bastante difícil.
El experto uruguayo consideró también que el impacto de la crisis de la carne brasileña será negativo para las negociaciones que llevan adelante el Mercosur y la Unión Europea para consolidar un acuerdo comercial, que de concretarse marcaría un hito en la historia del bloque latinoamericano, que negocia este tratado desde hace más de 20 años. Explicó que la imagen del Mercosur está dañada y que la situación en Brasil representa una “complicación” para el bloque regional, que tiene a los productos cárnicos como un punto sensible del acuerdo. efe