La carrera del canto lírico en Paraguay es un desafío para las voces masculinas debido a la falta de apoyo del sector público y privado, o el fomento del consumo de ópera y otros géneros musicales, además de otros motivos, según aseguran cuatro profesionales consultados por ÚH.
Los tenores Jorge Castro, José Mongelós y Héctor Candia, además del barítono Carlos Vittone, reconocen que el canto lírico es una subida muy empinada, ya que la demanda es baja y eso requiere ser creativo a la hora de vivir de esta profesión.
ESCASEZ. Los cuatro cantantes consultados coinciden en que hay una escasez de profesionales en el canto lírico. “Es sabido que los tenores escasean no solo en país, sino en el mundo. Se requieren años de estudio, disciplina, sacrificio y dedicación si se quiere llegar a ser un buen tenor”, sostiene Jorge Castro.
“Es difícil saber cuántos hay, porque en el país no se cuenta con datos serios. Observando empíricamente, hay pocas voces entrenadas en el ámbito lírico y el nivel es bajo. En tanto, el nivel mejoró en la última década. A futuro se verán resultados significativos, siempre que haya apoyo del sector público y privado”, dice José Mongelós por su parte.
“La escasez de cantantes no es solo porque no hay escuelas donde aprender la técnica vocal, sino porque hay pocas compañías artísticas que contraten cantantes para sus producciones musicales”, explica Carlos Vittone.
Asegura que el Conservatorio Nacional de Música, la licenciatura en Música en la FADA de la Universidad Nacional y otros conservatorios privados lanzan anualmente al mercado “muy buenos cantantes, pero no hay plazas donde explotar estos talentos”, asegura.
Para Héctor Candia, internet provee más acceso e información sobre el canto y dónde estudiar, además de que el público puede contar con espectáculos con voces masculinas. “Diez años atrás, siete de cada diez jóvenes no sabían que aquí en Paraguay se estudiaba para ser cantante lírico, ni si había o no espectáculos de óperas y otros”, cuenta.
CARRERA. Para estos artistas, desarrollar una carrera como tenor es “difícil”, ya que son escasos. “Hay poca promoción de la música lírica en el país. Si en Europa u otra parte del mundo ya es difícil el canto lírico, en Paraguay, aún más”, sostiene Castro, destacando la importancia de potenciar este género musical en el país.
Para Mongelós, la educación vocal en el Paraguay “está en pañales”. “Lastimosamente, no hay una escuela, no hay una tradición vocal sana y eficiente. Esto no es solo una consecuencia de las deficiencias pedagógicas e institucionales, sino también de la falta de una Compañía Nacional de Ópera y la ausencia de tradición de coros profesionales”, apunta. El cantante, que se considera autocrítico, cree que el gremio de cantantes líricos carece de cohesión y fuerza necesaria para generar proyectos en el sector.
Para Vittone, también hay desafíos técnicos dentro de la carrera, ya que hay repertorios que un barítono y un tenor pueden hacer, y otros que no. “Esto ocurre no por incapacidad. Muchas obras lucen más para tenores ligeros, otras están escritas para tenores dramáticos. Es probable que aquí eso no se respete esto porque las figuras para las obras se eligen por popularidad y no pensando en los cantantes existentes. Además, hacer carrera significa estudiar y trabajar a la par, y todo es más dificultoso, pero se puede”, manifiesta Vittone.
Candia reconoce que la carrera vocal masculina se facilitó en parte con su incursión de la Compañía de Ópera de UniNorte y el Conservatorio Nacional de Música.
¿RENTABLE? Para los cantantes consultados es muy “difícil” vivir del canto en Paraguay, ya que exige otros ingresos para sobrevivir.
“Tengo la suerte de tener una carrera desarrollada fuera del Paraguay. Aun así, estoy preparado para vivir sin depender netamente de la música, manejando otro tipo de empresa”, señala Castro, para lo cual aconseja estudiar otra carrera aparte de la música, porque ve difícil vivir solo del canto lírico o del arte en general.
“Me considero muy bendecido. De parte del público hay un gran interés por el arte lírico, pero hay una ausencia de políticas públicas concretas. Así, todo es una carrera cuesta arriba”, dice Mongelós. “Si hubiera coros y compañías de ópera profesionales, una carrera lírica sería más factible y rentable en el Paraguay. Cuando en un país hay todo por hacer, eso representa una oportunidad”, añade.
“Las contrataciones que tengo son esporádicas, y entonces ejerzo mi otra profesión, la de periodista. También conozco colegas que hoy viven del arte, en particular, de la enseñanza (musical)”, dice Vittone.
Agrega que aún está pendiente la creación de una Compañía Nacional de Ópera, que brinde trabajo a jóvenes talentos. “Si se concreta, será de gran ayuda para el crecimiento artístico”, indica.
“En mi experiencia personal, vivo en un 70% de la música. A la par que estudiaba, ya trabajaba en la música. Al escasear cantantes líricos, la oportunidad de trabajo es mayor”, cuenta Candia.
“Mientras trabajé en la compañía de ópera, solo vivía económicamente para estudiar mis roles. Cada tres meses cantaba en las funciones y ya me preparaba para la siguiente ópera –el sueño de todo artista–. Así lo hice ocho años. Al salir de ahí, no conseguí el mismo trabajo. La Ópera de la UniNorte sigue siendo la única compañía de opera estable de Paraguay. Por eso, yo migré a otros estilos para sobrevivir”, concluye Candia.