29 mar. 2024

El debate sobre la FTC

Fernando Boccia Torres – fernando-boccia@uhora.com.py

A cuatro años de su creación, la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) aún no probó su utilidad en la lucha contra el Ejército del Pueblo Paraguayo, más allá de la retórica oficialista. El principal argumento en contra de la FTC es matemático: Desde la conformación de esta fuerza militar-policial y la consiguiente militarización de varias zonas del Norte del país, el EPP mató a más personas y cometió más secuestros que en cualquier gobierno anterior. Si lo juzgamos por sus acciones, el EPP ha crecido como nunca antes durante la administración de Cartes, bajo las narices de militares y policías.

Resulta como mínimo curioso entonces que las fuerzas públicas soliciten al Congreso un presupuesto cada vez mayor para la FTC. Días atrás, pidieron G. 59.000 millones para las Fuerzas Militares y G. 20.000 millones para la Policía Nacional, lo que da un total de G. 79.000 millones, unos USD 14 millones. Para tener una idea del aumento que representa esto, el comandante de las Fuerzas Militares, Hugo Scolari, informó que en los últimos cuatro años ya destinaron G. 129.000 millones, cerca de USD 23,5 millones, a la fuerza conjunta.

Un simple razonamiento lógico nos dice que, quizás, estos 23 millones de dólares no fueron bien utilizados. La misión principal de la FTC es acabar con el EPP y el grupo armado no solamente sigue vivo, sino que, a todas luces, se fortaleció. Sin embargo, a través de sus acólitos, sus congresistas y sus propagandistas el Gobierno pretende desde hace años instaurar la ridícula idea de que criticar a la Fuerza de Tarea Conjunta por sus magros resultados significa apoyar a grupos armados que secuestran, extorsionan y asesinan.

El discurso oficial es el mismo que mantiene el cartismo ante toda crítica a su gestión: aquel que no está con nosotros, está contra nosotros. El cariz autoritario de este argumento es evidente: Busca eliminar el debate, el disenso y consolidar un modelo basado en la creencia ciega en el Gobierno. En agosto del 2016, apenas un día después de que el EPP haya perpetrado el mayor ataque a las fuerzas estatales en décadas, matando a ocho soldados en una emboscada, el entonces ministro del Interior, Francisco De Vargas, expuso la tesis cartista. Al referirse a los políticos opositores críticos a la existencia de la FTC, sentenció: “Acá hay dos grupos: los que están con el EPP y los que estamos contra el EPP”.

Si en cuatro años no se avanzó en alcanzar un objetivo, ¿por qué la obsesión de seguir en la misma línea? La Fuerza de Tarea Conjunta necesita ser objeto de un debate amplio, porque la clase política debe reevaluar si es una buena idea destinar millones de dólares a un proyecto que cosechó muchos más fracasos que éxitos.