29 mar. 2024

El Ciclón marcó la diferencia

Cerro Porteño derrotó con autoridad ayer a un flojo equipo ñuense y mostró calidad en varias facetas del partido. Haedo Valdez y Óscar Ruiz, ambos refuerzos para la presente temporada, comenzaron su romance con las redes.

Impotencia.  Pablo Torresagasti (c) observa cuando el balón puesto por Jorge Rojas vence su valla y se traduce en el tercer tanto de Cerro.

Impotencia. Pablo Torresagasti (c) observa cuando el balón puesto por Jorge Rojas vence su valla y se traduce en el tercer tanto de Cerro.

De principio a fin hubo un claro dominador ayer en Sajonia y fue el Ciclón de barrio Obrero. Los azulgranas cerraron el encuentro en veinte minutos y luego se dedicaron a cuidar el resultado. Óscar Ruiz, eléctrico por izquierda, y Haedo, hambriento en el área, fueron los responsables de la explosión de júbilo en las gradas del Defensores. La decoración del tanteador fue por obra de Jorge Rojas, a veinte del final.

Patrón de juego. La idea de Florentín se plasmó ayer en el debut. El buen trato del balón y la fusión del medio con el ataque fundaron las bases para un atractivo juego asociado. La presencia de Rojas y Riveros en el equipo constituye dinamismo en el juego. Ambos manejaron las riendas del partido y asistieron permanentemente a los atacantes, Haedo y Velázquez, que tuvieron química dando muestras de que juntos pueden permanecer en el once titular.

La defensa de Cerro Porteño no sintió martirios del rival en ningún fragmento del partido. Acuña aportó calidad, pero no fue suficiente. Al cuadro ñuense le faltó peso en ofensiva para al menos quebrantar al rival. La reacción fue tardía y los embates en el campo rival fueron estériles.

Sin mucho esfuerzo, el Ciclón comenzó con el pie derecho el torneo Apertura y demostró que la identidad de juego sigue intacta. Los refuerzos comenzaron a aportar su grano de arena con goles retribuyendo la confianza por parte del cuerpo técnico y la dirigencia. El pueblo se mostró feliz y dio señales de que están para grandes logros.