El Auriazul hizo el gasto en gran parte del compromiso, con predominio de balón y generación de situaciones, no obstante estuvo a punto de quedarse con las manos vacías y si no fuera por la brillante actuación de Bernardo Medina, el Auriazul hubiera asegurado los tres puntos, sin mayores complicaciones.
Las Águilas, en cambio, no fue ese equipo aguerrido y dinámico, que lo caracteriza comúnmente. El golazo de Blas Cáceres fue lo único productivo que tuvo el equipo de Humberto García, que trabajó más en el fondo que en la ofensiva.
emotivo. La primera etapa inició con mucha intensidad, pero posteriormente decayó mucho y se tornó algo aburrido.
La segunda etapa, Luqueño con mucha más decisión fue en búsqueda del tanto. Las ocasiones más importantes pasaron por el delantero argentino Guido Di Vanni, que tuvo un duelo particular con Bernardo Medina.
El golazo de Cáceres para el General fue un golpe muy fuerte para Luqueño, sin embargo, a minutos de la culminación del encuentro, un error de Marcos Gamarra, permitió que Miño obtuviera el empate, a través del penal.
Ampliamente Luqueño mereció el triunfo, acumulando suficientes méritos, pero no tuvo suficiente fortuna. La buena noticia es que aún permanece en zona de clasificación a la Copa Sudamericana.