Cartes ha demostrado que en la práctica política paraguaya lo único que cuenta es el dinero. Ha perfeccionado el sistema de manera tal que los operadores políticos del poder, empotrados en los tres estamentos, abierta y claramente, han admitido su fuerza y su valor. Coincidente con la perdida de la dignidad, la ideología, la vergüenza, la fuerza de la tradición y sus valores se ha demostrado con claridad que lo único que en verdad cuenta es cuánto dinero se tiene para torcer cualquier obstáculo legal o constitucional que se le ponga enfrente. Ha convertido la política nacional en un zoco árabe, donde lo que importa es la oferta y la demanda. Dicen que ofrecen hasta el millón de dólares para los indecisos, los otros que están en la nómina hace rato se retuercen de ganas, pero ya es tarde solo porque han sido comprados hace rato.
Primero fue la enmienda como camino equivocado. Se le cerraron las puertas en un golpe de mano en Senadores y cuando quisieron ir por Diputados la vergüenza fue tan grande que los mismos legisladores –previa consulta con expertos– rechazaron en mayoría el proyecto de cambiar el artículo 229 por ese camino. El mismo Cartes luego de haber admitido varias veces que la reelección no era posible legalmente, tuvo que admitir en un comunicado que ese no era el camino.
Se buscó luego la certeza constitucional con una Corte sospechada siempre de venal, y fue tal la reacción ciudadana que hace unos días pareciera se echaron atrás. La interpretación gramatical del español antiguo del abogado Fariña no alcanzó... pareciera. Nunca se sabe de esas cosas en un país dominado por el dinero en las interpretaciones de cualquier norma, incluso la constitucional.
Ahora ha vuelto a surgir de nuevo –aunque ustedes no lo crean– ¡la enmienda!, sí, la misma que ya no puede ser presentada hasta dentro de un año y luego de que la misma Cámara de Diputados por amplia mayoría rechazó ese camino para temas de reelección. Unos cuantos exégetas a la carta –como Camacho– afirman que es posible. El mismo que dijo que el juicio político era político y luego se opuso al mismo. Incluso escribió un libro argumentado dicha postura. O sea es bastante conocido como el profesor ambivalente. Ahora dicen que es posible presentar de nuevo otro proyecto de enmienda agregándole un par de interpretaciones calenturientas. Otro singular miembro de las Voces del Olimpo y quien fue ministro de Justicia, el legislador Monges, afirma que lo que importa es el número “como afirmó Pitágoras” (¡) y no el sentido de la norma. O sea que si se compra a una mayoría ocasional hasta podríamos restablecer constitucionalmente ¡la dictadura perpetua en el Paraguay! Total hace falta dinero y gente comprable. Estamos llegando no solo a fin de año sino a un estado de delírium trémens que requiere de un ejército de siquiatras para atenderlos.
El mayor riesgo que corremos todos es que si esto funciona, nadie se opone, se demuestra la fragilidad de la República, la venalidad de nuestros políticos calificados por muchos compradores como verdaderas prostitutas al servicio de cualquiera, es que habremos demostrado que no nos merecemos la democracia y que la dictadura es bienvenida.
Admitimos de una vez que somos regidos por un estado de derecho que nos regula y norma o declaramos so’o la República. Ese y no otro es el dilema al que nos somete el dinero en este momento.