“Es de cumplimiento imposible”, manifestó el ministro al ser consultado respecto de la posibilidad de condonar el pasivo de los labriegos que vinieron por esa reivindicación a la capital.
Comentó a renglón seguido que se habla de una deuda de USD 500 millones, la que se ha sumado a lo largo de diez años, tanto en la banca pública como privada.
No supo precisar cuántas personas están afectadas por las deudas, ya que no solamente son agricultores, sino que también se incluye a artesanos y trabajadores de otros rubros, explicó.
Los créditos concedidos por el Banco Nacional de Fomento (BNF) y el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH) constituyen el 20% de la deuda.
El resto es con bancos y financieras, dijo Baruja. El secretario de Estado minimizó el pedido de condonación, diciendo que solamente un porcentaje menor es el que no puede pagar sus deudas. En 2015, el 86% de los que mantienen créditos cerró el año pagando a tiempo sus deudas. “No es como ellos dicen, que a todo el mundo le fue mal”, dijo.
En Senadores está pendiente un proyecto de ley de condonación, presentado por el Frente Guasu. La propuesta sería tratada este jueves.
El texto presentado no se refiere a absolutamente todas las deudas del sector campesino, sino que habla de la “condonación de deudas que ponen en riesgo la tenencia de tierras de pequeños productores de la agricultura familiar campesina, cuyas fincas no excedan las 30 hectáreas”.
Según Félix Núñez, secretario general de la Organización Nacional de Cañicultores y miembro de la Coordinadora Nacional Intersectorial, entre el campesinado se calcula que son 70.000 los pequeños productores de menos de 30 hectáreas que acumulan deudas desde G. 1 millón hasta G. 150 millones.
“Más del 90% de los cañicultores, particularmente, están siendo refinanciados por el Banco Nacional de Fomento, pero eso no sirve demasiado, ya que al no tener mercado de todas formas no se podrá pagar ni siquiera la refinanciación”, sostuvo.
El total de los pequeños productores en el país asciende a 250.000, según Núñez, y si bien no todos están acumulando deudas históricas, la realidad que les envuelve es que los créditos que otorgan tanto el Banco de Fomento como el Crédito Agrícola de Habilitación, siempre terminan beneficiando a quienes tienen algún colchón financiero y con posibilidades de salir adelante, pero no así a gran parte del campesinado.
Por su parte, el dirigente campesino Luis Aguayo hizo lobby ayer con senadores del Frente Guasu, PLRA, PDP, y el titular del Congreso, Mario Abdo Benítez, para que se aprueben los proyectos que beneficien a los labriegos.