La decisión supone el fin del juicio político que comenzó en diciembre pasado en el Parlamento brasileño y fue supervisado en cada uno de sus pasos por la Corte Suprema, como garante constitucional de un proceso que Rousseff, condenada por graves irregularidades fiscales, califica de “golpe”.
Además, con la decisión, se confirma como presidente a Michel Temer, quien seguirá en el poder hasta el 1 de enero de 2019.
La sesión del Senado duró unas 16 horas y contó con la presencia de 62 parlamentarios.
La presidenta, que ya había sido suspendida de sus funciones, responde por la emisión de tres decretos que alteraron los presupuestos sin la venia del Congreso y por atrasos en depósitos a la banca pública, lo que, según la acusación, sirvió para ocultar créditos al Gobierno, que son prohibidos por ley.