19 abr. 2024

¡Cuidado!, asientos son un peligro en el “mejor seguro del universo”

Los asegurados se quejan del mal estado de los mobiliarios. Un solo herrero se encarga de hacer las reparaciones en el Hospital Central. Culpan a los asegurados por no cuidar y destruir los muebles.

Como si la escasez de medicamentos no bastara como principal penuria de los asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS), actualmente la queja es el pésimo estado en que se encuentran las hileras de sillas ubicadas en los distintos pabellones del Hospital Central y en las clínicas periféricas de la previsional.

Tapizados destruidos, con la espuma al aire y con posamanos rotos es la apariencia de un gran porcentaje de los bloques de muebles que deben usar los asegurados mientras aguardan horas para consultar con el médico. Las sillas no son cómodas y representan un riesgo para la gente.

“El mejor seguro del mundo también te brinda las mejores comodidades del mundo”, se quejó un asegurado de manera anónima. La frase es con relación a la que utilizó meses atrás el presidente de la República, Horacio Cartes, al referirse al IPS como el “mejor seguro del universo”. Una afirmación muy criticada por los asegurados que viven diariamente un viacrucis intentando acceder a consultas, estudios y hasta medicamentos.

Los usuarios del seguro social se quejan constantemente por el mal estado de los asientos y alzan con frecuencia fotos en las redes sociales para mostrar la situación en la que se encuentran los mobiliarios y para instar a las autoridades a que por lo menos se encarguen de reparar, soldar o retapizar.

UN SOLO HERRERO. El arquitecto Augusto Alcaraz, jefe del Departamento de Mantenimiento del Hospital Central del IPS, señaló que solo cuentan con un herrero para hacer todas las reparaciones en el centro médico central, uno se jubiló recientemente, por lo que se dificulta mantener en buen estado todos los muebles de la previsional.

Por otro lado, lamentó que los mismos asegurados no cuiden los mobiliarios y alegó que los destruyen. En ese sentido, comentó que muchas veces los familiares rompen partes de la silla para utilizarla como cama. “El paciente o su acompañante, por ejemplo, rompe el posabrazo para acostarse de noche. Se raya, se corta pero siempre se destruye el tapizado”.

“No damos abasto para reparar todo porque son muchos. Tenemos un solo herrero, el otro se nos jubiló”. Entonces, se terceriza mediante el uso de fondos de caja chica para la reparación de las sillas, explicó el arquitecto Alcaraz.

“Nosotros tenemos que arreglar la cocina, lavandería. Es bastante amplia nuestra cobertura y no damos abasto con un solo herrero”. Las sillas tienen una antigüedad de 3 a 4 años, según desglosó.

No damos abasto para reparar todo porque son muchos asientos. Tenemos un solo herrero, el otro se nos jubiló. Arq. Augusto Alcaraz, jefe de mantenimiento.