Clari Arias contó esta mañana, durante su programa “Dos en la Ciudad” (970 AM), que cuando tenía nueve años fue manoseado por un sacerdote español de la Iglesia San Gerardo, del barrio Roberto L. Pettit (Asunción).
Arias, de niño, era un monaguillo con sueños de convertirse en sacerdote. Relató que en 1983, por ser uno de los más destacados en la iglesia, el cura (a quien no identificó) lo llevó en un vehículo junto con un amigo suyo hasta la iglesia Perpetuo Socorro.
De allí pasarían a retirar la hostia para la homilía. El sacerdote les había dicho que los premiaría dejando que la comieran sin bendecirla, algo que para Arias era todo un privilegio. Pero sus ilusiones se congelaron cuando el cura empezó a manosearlo.
El religioso pidió antes a los niños que lo acompañaran de vuelta a la iglesia. Entonces: "...el tipo comenzó a tocarme el cuarto y a hacerse el simpático, y el otro monaguillo le reta (...) '¿qué lo que haces pa’i?’, le dice. (El cura) Me toca la entrepierna; yo estaba congelado de miedo. El otro comenzó a gritarle, a pegarle en la espalda (...) cuando salimos de ahí yo estaba temblando de miedo, no sabía cómo decirle a mamá", relató.
A pesar de esta experiencia, Arias aseguró que sigue siendo católico y que si no fuera por aquel amigo, tal vez el final hubiera sido distinto. Añadió que nunca volvió a una iglesia y que años después encontró al mismo cura pidiendo limosna en la calle.
Recordó, por otro lado, que su tío también fue violado por un popular sacerdote a quien tampoco identificó.
La confesión del comunicador fue motivada por el caso de los sacerdotes Francisco Javier Bareiro y Gustavo Ovelar, de la Congregación Oblatos de María, que fueron separados del cargo por la Conferencia Episcopal Paraguaya luego de denuncias de pederastía en la parroquia de Paso Yobai, de la Diócesis de Villarrica.