“Hagan lío, pero organícenlo”, les había exhortado el papa Francisco, durante su histórica visita al Paraguay en julio pasado, y los jóvenes universitarios le hicieron caso al pie de la letra.
La serie de reportajes investigativos que el diario Última Hora empezó a publicar el 8 de setiembre, con el título “Festín de rubros docentes en la UNA”, revelando un gran esquema de corrupción montado y dirigido por el rector Froilán Enrique Peralta, fue el elemento que movilizó la indignación de los estudiantes y el apoyo de la ciudadanía, pero fueron la valentía cívica y la constancia organizada de los alumnos de las diversas Facultades los que hicieron posible derrotar a los exponentes de una estructura dictatorial y corrupta.
Desde las primeras movilizaciones, que empezaron con una marcha y una caravana al mediodía del jueves 17 de setiembre en el predio del Campus de la UNA en San Lorenzo, hasta la vigilia y la toma simbólica del edificio del Rectorado que finalmente lograron la renuncia del rector Peralta, con su imputación y el de otras 12 personas por parte de la Fiscalía en la tarde de este viernes 25, la gesta juvenil despertó la admiración y la simpatía de amplios y diversos sectores de la sociedad paraguaya.
Las marchas, las sentatas simbólicas, las asambleas, las intervenciones y las movilizaciones de protesta revelaron a un grupo de dirigentes y manifestantes juveniles con mucha madurez cívica, con acciones firmes, pero no violentas, en la mayoría de los casos reclamando la intervención del Ministerio Público.
Los propios dirigentes son conscientes de que la destitución y la imputación del rector y sus colaboradores es solo un primer paso y están dispuestos a seguir movilizados en reclamo de más cambios y de una reforma profunda de todo el sistema educativo, una situación que genera auspiciosas perspectivas para construir un mejor Paraguay.