24 abr. 2024

Con toga en el garaje

Por Carolina Cuenca

Acondicioná el lugar con algunas computadoras, ponele nombre de santo, carteles por todos lados en el barrio, entrada y salida habitual y salida de emergencia en el mismo sitio...

Es risueño y todo hasta que uno se topa con su lado oscuro.

Por ejemplo, cuando se cae el edificio en el que invertiste tu plata, cuando te gana el concurso alguien que ni sabe hablar castellano porque presentó más títulos o se descompone la herida que te dejó el supuesto licenciado.

Ahí empieza a doler.

El plagueo. Y, por supuesto, el chiste se convierte en plagueo y la responsabilidad nunca, nunca está en mi cancha, pero resulta que todo el mundo vio la cochera, reconoció a algún alumno, conoce a los dueños, farrea con alguno de los que habilitaron el sitio o va a misa con flamantes universitarios de garaje.

¿Quién tiene la culpa?

¿Rompemos el huevo o matamos a la gallina?

¿Hacemos sarambi en el gallinero con voz de gallo patrón y que se espanten todos, o nos sentamos a analizar como gente adulta, con la verdad sobre la mesa?

¿Universidades? Las universidades de garaje están allí y muchas veces son solo una extensión de los colegios garajes y de las escuelas garajes; ojo, algunos con pinta de hoteles de 5 estrellas en cuanto a su infraestructura también, pero con el desmoronamiento inminente por la falta de seriedad en sus andanzas de viveza criolla.

Se calculan en más de 6.000 los estudiantes jóvenes estafados por esta gente.

Y no me refiero solo a los caraduras y criminales que sin estar habilitados emiten títulos truchos; voy más allá y me dirijo a los que gracias a sus amigotes en el poder consiguieron el papel y la habilitación, pero no así la altura formativa y ética para sacar adelante profesionales universitarios.

El ministro Enrique Riera solo metió el dedo en la llaga, pero ¡cómo duele esta herida porque la cosa está muy extendida!

Mediocridad. Es fruto de una mentalidad facilista, mediocre, en el fondo acomplejada, propia de miembros de una sociedad que no se respeta a sí misma, que tiene autoestima baja.

Péichante...

Ojalá este paso de no avalar los títulos truchos sea solo el comienzo de un sinceramiento general en este tema de los estudios superiores.

Lo digo con un deseo genuino de mejora.

Porque nos merecemos algo mejor en esta sufrida Nación guaraní.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.