Un tremendo susto se pegaron los del noveno grado, el pasado miércoles, cuando parte del tejado del corredor se desplomó estruendosamente como si el colegio hubiese sido blanco de un sorpresivo bombardeo. Esto obligó a que ayer tuvieran que dar clases casi en la intemperie, en los pasillos o bajo el tinglado del patio.
Si bien desde el Municipio local prometieron reparar hoy la parte dañada del tejado, para los alumnos sigue siendo más seguro estar al aire libre que dentro de las aulas, cuyo techo demostró no ser muy fiable.
En efecto, todo un pabellón –con alrededor de 50 años de antigüedad– fue clausurado en octubre de 2016. Frente a la alarmante situación, por fin, tras casi un año, desde la Comuna sanlorenzana aseguraron que el contrato con la empresa adjudicada para la refacción del antiguo cobertizo ya fue suscrito y la ejecución de la obra está prevista desde el lunes próximo.
“Acá tenemos el problema de la vibración por el tráfico”, explicó Elva Méndez, directora del turno mañana, indicando con el dedo la zona de la Avda. Manuel Ortiz Guerrero, donde circula gran caudal del transporte público. Lo llamativo es que los tejuelones que se desplomaron anteayer estaban en “buenas condiciones”.
Si en algún momento pasó, puede volver a suceder en otra parte o dentro de las aulas. Ana Álvarez, alumna del 9º grado.
San Juan Bautista
Similar escena
El derrumbe de escuelas a lo ancho y largo del país se ha vuelto una epidemia. El lunes último, parte del techo del colegio nacional Dr. Alén Saúl Espínola, de San Juan Bautista, se desplomó. El incidente ocurrió en la sala de informática. No dejó heridos.