La Fundación Conin nació en Argentina hace 25 años como un modelo de la Corporación para la Nutrición Infantil de Chile, que se fundó en 1974. A Paraguay llegó en 1995 para ayudar a combatir la desnutrición. Actualmente cuenta con dos centros: uno es Nueva Tablada, ubicado en el Bañado Norte; y el otro es San Cayetano, en el Bañado Sur.
Conin se enfoca principalmente en la salud y educación del niño. El área sanitaria incluye pediatría, nutrición, fonoaudiología y fisioterapia. La parte educativa cuenta con programas de desarrollo y estimulación temprana, trabajados en cuatro áreas: la motriz gruesa, fina, audición-lenguaje y social. “En todos estos aspectos evaluamos al niño y a partir de eso vemos si hay algún retraso para identificar qué necesita. Trabajamos en un equipo multidisciplinar compuesto de varios especialistas”, afirma Lizzy Chávez, coordinadora del Área de Desarrollo del Centro San Cayetano.
Según datos proporcionados por la nutricionista Alejandra Báez, 1.236 casos fueron atendidos en el 2017 en la fundación.
Participa la familia
Cuando un niño llega por primera vez, es revisado por una pediatra, quien a partir de algunas preguntas va obteniendo un historial clínico. De acuerdo a la talla va evaluando cuál sería el peso ideal. Se hace un diagnóstico, que luego se estudia con el equipo de especialistas. Al mismo tiempo es evaluada también la madre. Es decir, lo que tiene que ver con el niño, en sus primeros años de vida, también involucra a la familia.
La Fundación Conin dirige sus programas de desarrollo también a las madres. “Uno de los pilares más importantes para la educación es la mamá, porque a través de ella, el niño puede entender y aprender a alimentarse. Es la principal estimuladora, la que tiene que conocer y saber de esto”, enfatiza Lizzy. Pero si la madre no puede participar, pueden ir los encargados, abuelos, papás o tíos.
Cuando el niño ingresa a la fundación, se identifica cuál es la situación de su salud. “Ellos vienen un día a la semana, de acuerdo a la edad que tengan. Los lunes son de los bebés de meses a casi un año; los martes, de dos años a cinco; y los miércoles, de un año a casi dos. Vemos primero qué edad tiene el niño y a qué grupo pertenece. A partir de eso se hace un tratamiento”, detalla la coordinadora de Desarrollo.
Por otra parte, cada familia recibe un bolsón de víveres que contiene alimentos no perecederos: harina de trigo y de maíz, poroto, queso, huevo, aceite, fideo, arroz y leche, a menos que el bebé se encuentre aún en etapa de lactancia, o sea intolerante al alimento.
Riesgo social
La coordinadora de la Fundación San Cayetano, Mónica Dagorret, explica que en Conin atienden a una cantidad promedio de 25 niños. Cuando uno se va recuperando, ingresa otro. “No es algo tan rígido el cupo, hemos llegado a tener muchos más. Pero si hoy llega un chico desnutrido, entra auntomáticamente, no se le va a negar el acceso”, agrega.
Respecto a los tratamientos, Báez sostiene que, para que un niño salga del cuadro de desnutrición, se necesitan al menos seis meses de tiempo. En los primeros tres meses se intenta llegar a un peso adecuado, y en los otros tres siguientes se realiza un control para mantenerlo. Pero la orden médica de alta debe ser proporcionada por todas las especialidades de la fundación. “Tiene que ser un alta multidisciplinar, eso incluye a la parte de Sala de Desarrollo, Pediatría, Trabajo Social y el resto”, expresa la especialista.
Puede suceder que un niño esté en condiciones nutricionales aceptables, pero si todavía no presenta un avance favorable en el desarrollo de estimulación, entonces se le mantiene en sala. A veces el tiempo es prolongado, especialmente cuando existe un riesgo social. “Depende de la situación familiar, que puede ser la extrema pobreza; circunstancias en las que el niño queda sin la madre; cuando hay ambiente de consumo de drogas o alcohol, o situación de violencia”, especifica Mónica.
Aunque el pequeño paciente tiene la posibilidad de quedarse en la fundación solo hasta los cinco años, si no se completa la recuperación o queda en riesgo social, es derivado a otra instancia donde puede ser asistido adecuadamente. Por lo habitual, suele ser a la Codeni.
La desnutrición infantil, si no es atendida a tiempo, podría ocasionar consecuencias irreversibles. La alimentación y estimulación adecuada del niño -a tiempo- podrían significar una vida y un futuro mejor.
Conin Paraguay se sostiene con presupuesto nacional, pero también con aportes empresariales y particulares. Cada mes lleva a cabo un evento tradicional al que denomina Roperito, que consiste en la realización de una feria de ropas y artículos para la casa. Todo lo recaudado se destina a los gastos básicos de la fundación. También reciben donaciones para los niños. Para más informes, llamar al (021) 281-307. El horario de atención es de 7.00 a 13.00, de lunes a jueves.
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