Chiquitunga sube a escena el viernes 2 de febrero, a las 20.30, y el domingo 4 de febrero, a las 19.30, en el Teatro Municipal de Asunción (Presidente Franco entre Chile y Alberdi). El precio de las entradas es G. 40.000. El dinero recaudado será destinado a cubrir los gastos de la beatificación de la monja paraguaya.
Vivencias. La obra, dirigida por la arquitecta María Teresa de Martínez, se adentra en la vida de la religiosa paraguaya María Felicia de Jesús Sacramentado Guggiari. “Yo soy devota de Chiquitunga desde el año 2000, aproximadamente. Mi anhelo siempre fue escribir una obra para ella. Recibí un pedido expreso de Raquel, la madre priora de Las Carmelitas, y del equipo de la causa, encabezado por el padre Carlos, vicario regional, a fines de setiembre del 2017. A partir de ese momento empecé a investigar. Porque yo creía que conocía su obra, pero me di cuenta de que no. Ella era superactiva”, explica María Teresa.
La pieza teatral, de una hora y media de duración, se centra en tres partes de la vida de la mujer. La primera la muestra en su natal Villarrica, hasta los 25 años. Luego, su paso por Asunción y su vida en Las Carmelitas. El elenco está conformado por 80 niños, jóvenes, adultos y ancianos devotos de la mujer. “Viajé a Villarrica. Estuve con una ex alumna de catecismo de ella, que en este momento está como abadesa en el monasterio de Las Clarisas, para tener un poco de paz y poder aislarme de todo, y para recibir inspiración de Chiquitunga”, refiere la directora.
Testimonios. En la puesta se presentan varios milagros obrados por la carmelita descalza. Uno de los más representativos es el de Fátima Lilian Garcete, quien fue operada de unos tumores en la cabeza. La joven pidió intercesión a la venerable monja y se curó. “Hasta mi neurocirujano, el doctor Elio Marín, se sorprendió al verme al mes de mi intervención quirúrgica. Estaba llena de energía. Le dije: ‘La oración hace milagros’. Hoy que pasaron ya casi 5 meses de mi operación puedo darles gracias a Dios y a nuestra venerable Chiquitunga. Lo más emotivo para mí fue cuando la arquitecta me dijo que Chiquitunga me ‘elegía’ a mí para estar en su obra teatral”, refiere Fátima.
Sencillez. Para la autora, el aspecto más destacable de la vida de religiosa es que ella ya nació con un espíritu de caridad y su ánimo de santidad fue creciendo paulatinamente. “Chiquitunga significa una amiga, un modelo de mujer, es un refugio, un apoyo que nos acompaña diariamente. Fortalece mucho mi trabajo. Es un modelo a seguir de los jóvenes. Fue una mujer sencilla”, finaliza María Teresa.