29 jul. 2025

¿Castrar o no? Esa es la cuestión

En el Día Mundial del Animal, que se recuerda esta semana, evaluamos si es recomendable o no castrar a nuestros perros y gatos, y cuáles son las consecuencias.

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Por Daisy Cardozo

Es natural buscar siempre el bienestar de la mascota: se trata de un miembro más del hogar. Desde el momento en que se le abren las puertas de la casa, pasa a ser una responsabilidad permanente. Debe recibir atenciones, cuidados y una buena alimentación. Además, también será necesario mantener un control sobre sus conductas, su relación con otros animales y los seres humanos.
Sin embargo, hay personas que no cumplen sus responsabilidades y abandonan a sus animales o a sus crías. De ahí la importancia de la castración, un método quirúrgico que consiste en la extracción de las glándulas reproductivas. Esas glándulas producen unas hormonas denominadas esteroides gonadales (testosterona en los machos, y estrógeno y progesterona en las hembras). Con una breve cirugía, la reproducción no deseada de nuestras mascotas se evita, así como los problemas que acarrea, explica el veterinario Horacio Vautier.
“Desde el punto de vista profesional, lo que hacemos con la castración es evitar las crías indeseadas e indirectamente el abandono. El abandono es una forma de maltrato también. Hay mucha carga y responsabilidad en eso. Para mí, el Estado debería hacerse cargo, ya sea a nivel parlamentario, municipal o nacional. Y también con campañas gratuitas de esterilización, sobre todo en sociedades de menor poder adquisitivo”, sostiene Vautier, un profesional argentino que, desde que reside en el país, ha impulsado programas solidarios para animales rescatados de zonas bajas.
En Paraguay aún no hay cifras a nivel poblacional sobre la cantidad de animales que hay por especie ni datos aproximados de abandonos o castraciones periódicas en general. Sin embargo, el Hospital de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción tiene algunos registros. “La castración se hace generalmente en felinos. En machos son máximo cinco por mes, y en las hembras, de dos a tres por mes, en casos de rutina. Pero cuando se trata de una infección en el útero, se eleva hasta a 12 por mes. Eso es porque están enfermas, no es que una persona viene y les trae para que se les castre”, explica la doctora Viviana Villagra, encargada del área de castraciones del hospital. Este procedimiento también se hace en perros, generalmente uno cada tres meses.
Con esta pauta es posible determinar que actualmente es bajo el número de castraciones, especialmente por iniciativa de los propios encargados. “El costo es otro motivo por el cual hay muchos abandonos. No se castra porque no se puede pagar o porque la gente no quiere invertir en sus animales”, asegura Grisel Alfonso Parodi, fundadora y presidenta de la Asociación Patitas Felices Paraguay.
Cambia la conducta
Los especialistas afirman que la castración influye de forma positiva en la salud del animal. En primer lugar, se quedan más en casa. “Tal vez suban un poco de peso, porque se vuelven más caseros, ya no andan vagando ni peleando. El animal reposa más”, comenta Grisel. El cambio en la conducta también hace que mejore su trato con las personas y con otros animales de su entorno. Comúnmente dejan de ser territoriales.
La época de celo es cuando las hembras son receptivas sexualmente, lo cual afecta su comportamiento y el de los machos. “Eso es lo que hace que se peleen, empiecen a aullar y molesten a los vecinos. Con el animal que ya está castrado, esa testosterona del macho ya no actúa en ellos, entonces están más tranquilos, ya no hacen caso al olor del celo de la hembra, pierden el instinto de montarse. De este modo también se les está previniendo de enfermedades de transmisión sexual”, afirma la fundadora de Patitas Felices.
Según la doctora Viviana Villagra, a los gatos se los castra más que a los perros. Es que la naturaleza de los felinos hace que se escapen de la casa de noche, a veces durante días, y en ocasiones vuelven muy lastimados o con enfermedades, a raíz de una mordida. El gato, por ejemplo, realiza el rociado, que es cuando orina sobre los muebles, marcando el territorio. Una vez castrado, desaparece ese comportamiento.
Con el animal que ya fue castrado y se volvió casero, el propietario igualmente debe tomar los recaudos necesarios. Como sus actividades físicas disminuyeron, es importante brindarle una buena alimentación.
“A veces la gente cree que la castración es la causa de las enfermedades que se pueden presentar en el futuro, pero que en realidad se deben al estilo de vida que llevan. Desde las observaciones que realicé en estos años, dichos males son por causa de una alimentación basada más en carbohidratos que en proteínas. Ellos son carnívoros, por ende, deberían consumir carbohidratos en un menor porcentaje, y los alimentos comerciales tienen 70 a 80% de carbohidratos. Eso es lo que con el tiempo les afecta el sistema digestivo y urinario –sobre todo–. Un animal castrado lleva una vida sedentaria, pero con una buena alimentación; con juegos y visitas periódicas al veterinario se hacen animales sanos y longevos”, asegura por su parte la doctora Mercedes Pacher, que tiene mucha experiencia en la atención de felinos.
Hay personas que se oponen a la castración de animales. “Sobre un mismo punto siempre habrá diferentes opiniones y creo que ese tipo de postura responde a una ideología religiosa. Por ejemplo, hay quienes no quieren y no autorizan hacer transfusiones de sangre a un perro que lo está necesitando. Sucede con los humanos también y se respeta. Pero si se pusiera en vigencia una ley, se tendrá que cumplir”, enfatiza Grisel Alfonso. Ella opina que “si vas a tener una mascota en tu casa, es necesario tenerla sana, controlada y esterilizada”.

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Castración temprana
Pero para estar seguros de ciertos aspectos sobre la castración, es necesario derribar algunos mitos. Por ejemplo, el que afirma que antes de ser castrados, los perros y gatos deben tener primero una cría. El doctor Vautier dice que no es necesario, así como tampoco es cierto que deban esperar hasta la etapa de la pubertad. “La tendencia hoy es castrarlos antes del primer celo”, señala. Sobre este punto, comenta que él suele realizar esta cirugía a partir de los cuatro meses del animal.
En una castración temprana hay varias ventajas: la cirugía generalmente es más sencilla y se reducen a cero los riesgos de que el animal llegue a padecer tumores de mama, una patología frecuente tanto en perras como en gatas.
Algunos profesionales que trabajan especialmente con felinos consideran que dos meses ya es una edad adecuada, tratándose de una situación excepcional. “Es necesario para los que están en situación de calle, donde no hay control de edades. Porque una gatita de cuatro meses ya puede quedar preñada si hay machos sin castrar rondando cerca, y preñarse a esa edad le acarreará más problemas, incluso la muerte. Tiene que ser realizada siempre por profesionales preparados, con métodos específicos y con los debidos cuidados. En cambio, si es una mascota de familia, siempre aconsejo esperar a que sean un poco más fuertes”, explica la doctora Pacher.
La veterinaria hace esa diferencia teniendo en cuenta la superpoblación de animales, de modo a mermar el sufrimiento de los que no tienen hogar, que además deben sobrevivir al hambre y la crueldad de la calle. Eso evita que tengan que meterse en peleas, porque en ellos dejan de producirse las hormonas sexuales.
El después
En cuanto al posoperatorio, el animal no queda postrado ni tiene cuidados intensivos. Vautier dice que algunos dueños prefieren dejar a sus canes en internación uno o dos días, por más que el perro puede operarse por la mañana y en la tarde ya estar de vuelta en casa. Solo se debe controlar la herida, cuidar que no se irrite ni se abra y hacer la higiene y desinfección dos veces por día. Hay que controlar que no se estiren los puntos con los dientes, para que cicatricen bien. En algunos casos se aplica la curabichera, para evitar que se forme una gusanera. Normalmente se usan los collares isabelinos de manera a prevenir el lamido en la herida.
Como los gatos son más inquietos, especialmente se deberá atender que hagan el debido reposo, ya que eso evitará problemas con la herida, revela Pacher. Todas las cirugías tienen sus riesgos, pero el único peligro consecuente de la castración es que no se realicen los cuidados correspondientes.
Propuesta legal
En Paraguay, hace cinco años que está en vigencia la Ley de Protección y Bienestar Animal, n.º 4840/13, aprobada y sancionada por la Cámara de Senadores. Una de las infracciones establecidas por esta normativa es el abandono de los animales, que es considerada una forma de maltrato y una de las causas de la superpoblación. La esterilización es la única forma de controlar ese efecto, asegura Grisel Alfonso. Ella, y otras organizaciones están elaborando un anteproyecto que propondrá la ley de castración.
“En este mes de setiembre ya hubo varios abandonos de gatitos, que dejaron en bolsos o cajas. No se dan cuenta que la misma gata, si no está castrada, en menos de dos meses entrará en celo de nuevo, va a estar pariendo otra vez y se va a repetir lo mismo. Por eso es necesario que una política sea instituida por parte del Gobierno. Deben atender también estas situaciones, porque los refugios estamos cada vez más sobrepoblados. Eso impide que podamos brindar más ayuda. De lo contrario, nosotros también nos estamos convirtiendo en maltratadores, si vamos admitiendo cada vez más animales al refugio, superando nuestros límites”, cuestiona.
El anteproyecto se basa en el modelo de Argentina, donde en algunas provincias –como Buenos Aires, Santa Fé, Mendoza y Córdoba– ya está en vigencia la ley. En esos lugares incluso cuentan con centros de castraciones destinados especialmente a perros y gatos. A nivel regional, en Chile está en discusión la aplicación de la castración temprana.
La propuesta que está en plena construcción para nuestro país tendría una vigencia temporal. “Nosotros estimamos que el proyecto se tendrá que aplicar, por ejemplo, por cinco años, para que sea más efectivo y llegue a todo el territorio nacional. No puede ser permanente”, explica Grisel. Al mismo tiempo, se pretende estudiar la forma de mitigar el tráfico de perros y gatos, por parte de refugios que hacen una venta indiscriminada de animales de raza, que fueron rescatados de las calles.
Las mismas personas que estuvieron involucradas en la elaboración de la ley 4840/13 son quienes están impulsando esta iniciativa. En principio, la idea es lograr la aprobación de la propuesta en el 2018 y buscar recursos que permitan implementar la gratuidad del servicio.
Mahatma Gandhi dijo alguna vez que “un país se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”. ¿Cómo juzgaríamos al nuestro?

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Reincidir en celos
En raras ocasiones, hay animales que ya fueron castrados, pero reinciden en los síntomas del celo. La doctora Mercedes Pacher explica que eso puede deberse a que no se saca todo el ovario, en el caso de las hembras, entonces siguen produciendo hormonas. En estos casos se debe abrir de vuelta y retirar todo. No debería ocurrir, si se hace bien y con cuidado. Solo que hacer por segunda vez es más complicado y peligroso.

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¿Esterilización o castración?
Según el médico veterinario Horacio Vautier, la esterilización y la castración es lo mismo en los animales. “En los seres humanos, la mujer se hace el ligado de trompas, y el hombre, la vasectomía. A ellos así los estás esterilizando. Ya tienen imposibilidad de procrear, pero tanto los testículos como los ovarios se dejan. En cambio, en los animales no se hacen ligadura de trompas ni vasectomía, directamente se hace una castración. Se les sacan los ovarios o los testículos. Entonces, la forma de esterilizar a los animales, es la castración”, aclara.