14 jun. 2025

Buses con aire experimentan rápido deterioro por el mal estado de calles

La pésima infraestructura vial les está pasando factura antes de tiempo a los ómnibus diferenciales. Los transportistas se ingenian para que sus vehículos, oriundos de China, soporten los embates del camino.

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Safari. Desde un barrio de Ñemby hasta San Sebastián (Capiatá), unos 12 km, el camino se reparte entre empedrados en pésimas condiciones y un sinuoso terraplén. Una verdadera travesía.

Por Pepe Vargas

Los buses climatizados no fueron hechos para circular en las destruidas calles y avenidas de Asunción y alrededores.

A poco más de un mes de estar en circulación, las nuevas unidades de la Línea 18-2, empresa Ytororó SA, ya empiezan a presentar problemas: a siete de los diez flamantes ómnibus tuvieron que cambiar el taco o soporte del motor y reforzar el chasis donde va el propulsor.

Las que venían de fábrica no aguantan los barquinazos que se suceden en caminos vecinales del área metropolitana y en las deterioradas calles de la capital, según Enrique Franco, uno de los dueños de la empresa en cuestión.

“Tuvimos que hacer una reingeniería casera para crear un soporte de mayor capacidad, más robusto –explica–. Estos vehículos vienen con criterios de supercarretera de Europa, Brasil y Argentina”.

Viceversa, acá, “tenemos que andar en un vehículo preparado para la guerra más o menos”, contrapone.

Por cada vehículo gastan –dice– unos G. 500.000 para el cambio de los soportes –cuatro tacos rectangulares de goma que sostienen el esqueleto del motor– y la soldadura del chasis. “Cómo van a sostener esto (muestra uno de los tacos de unos 12 cm), un motor tan pesado como el de estos vehículos”, cuestiona.

Sensores. Estos vehículos, de la marca JAC, vienen equipados con sensores. Ante un golpe fuerte, de un bache o las inesperadas lomadas, el motor automáticamente se detiene.

“Un fuerte golpe del empedrado o si el chofer no ve un lomo de burro, automáticamente para el vehículo; ya tuvimos muchos casos y la protesta es del público también”, señala Franco al aclarar que la unidad que se descompuso hace poco se debió a la “mala calidad del combustible”, proveído por Petropar a través del emblema Copetrol.

Con poco más de un mes en las calles, uno de los buses con aire del 18-2 se quedó por el camino y taponó durante horas la estrecha banquina de la Avda. Rodríguez de Francia en el Mercado 4. Esto ocurrió en la noche del martes último.

“Unas partículas, parecidas a pelusas, se trancaron en el filtro (del motor). Es la primera vez que tenemos este tipo de problemas. Hace apenas un mes y pico que estamos trabajando con estos vehículos, son nuevitos”, refiere al estimar que cada uno les costó alrededor de G. 500 millones (unos USD 80.000, al cambio actual).

Para adquirir estos buses retiraron un millonario crédito de un banco de plaza.

En cinco años recién van a terminar de pagar el préstamo que ronda los G. 5.000 millones. Esto hace suponer que en todo el periodo señalado no van a renovar la flota, menos en las condiciones en que trabajan.

Otros casos. La Línea 56 fue la primera en experimentar averías en sus modernos buses, de la marca Yutong. Debieron reforzar también sus unidades, que fueron las primeras en el país: “Los problemas de que se afloja aquí o allá, porque las rutas de otros países no son nuestras calles, nos lleva a poner un soporte extra para que pueda soportar el estado calamitoso de nuestras calles”, apunta Lendy Peña, propietaria de la firma La San Lorenzana SA. También los furiosos ómnibus de la Línea 27 (marca Zhongtong Bus) dejaron pasajeros varados, a inicios del mes pasado, tras presentar desperfectos.