El TPP “contempla un balance adecuado que le otorgará beneficios al país y asegura una apropiada protección de las sensibilidades de Chile en el proceso”, dijo la mandataria en un encuentro organizado por la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio (Amcham).
Para Bachelet, la adhesión de Chile al TPP supone mantener “una política de apertura a nuevas economías” y aseguró que con el acuerdo “se fortalecerán los lazos con Asia” y habrá un mejor acceso a las exportaciones chilenas.
En ese contexto, se comprometió a enviar el TPP al Congreso para su ratificación durante el segundo semestre de este año y manifestó su esperanza de que quede firmado “por todos los países miembros” antes del fin del periodo presidencial de Barack Obama en Estados Unidos.
En ese país, los principales candidatos a la presidencia, el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton, han manifestado rechazo o reticencias a la participación de Estados Unidos en el Acuerdo.
En Chile, diversos sectores políticos y sociales han rechazado el TPP, principalmente por el tema de las patentes de diversos productos, que supuestamente serían monopolizadas por grandes consorcios trasnacionales.
El Gobierno ha asegurado que el texto final del acuerdo, que doce países suscribieron en Nueva Zelanda el pasado febrero, es muy diferente al original y resguarda debidamente los intereses de Chile.
Los países que lo suscribieron son Australia, Brunei, Canadá, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, además de Chile.
Bachelet, en su intervención, manifestó además que “preocupa” por el lento ritmo de la economía mundial y en particular por la caída en los precios de las materias primas, “que todavía son el motor de la economía en la mayoría de los países de nuestra América Latina”.
En el caso de Chile, su economía depende en gran proporción del cobre y su caída ha provocado una ralentización de la economía local, que según la mayoría de los pronósticos crecerá en torno a un 1,6 % este año y no más de un 2,0 % el próximo.
No obstante, Bachelet aseguró que “Chile sigue siendo la economía más competitiva de América Latina”.
“Nuestras instituciones políticas y económicas no han perdido solidez ni estabilidad y hay un consenso de que hay que cuidarlas y fortalecerlas”, sostuvo y destacó la nueva Agenda de transparencia en los negocios y la política, recientemente promulgada, que definió como la “más ambiciosa de nuestra historia”.
“Sabemos que no va haber crecimiento si las legitimidades y las confianzas sociales son débiles”, advirtió y subrayó que Chile “es un país abierto al comercio y la inversión”.
“Contamos con una estabilidad financiera y un marco macroeconómico responsable que nos brinda estabilidad y competitividad y todo esos elementos son pilares de un ambiente propicio para la inversión, el intercambio comercial y el crecimiento”, concluyó.
