Los hinchas fueron arrestados en la ciudad de Sao Paulo en desarrollo de una operación realizada por agentes de la Comisaría de Represión a los Crímenes de Informática de la Policía Civil de Río de Janeiro, que aún busca a otros cuatro aficionados contra los que también fueron dictadas órdenes de detención.
Los detenidos forma parte de una barra brava del Corinthians que se involucró en una pelea con hinchas del Flamengo, el club más popular de Brasil, antes del clásico entre los dos equipos del 23 de octubre pasado en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Tras el incidente violento la jueza Marcela Assad Caram Januthe Tavares, de Río de Janeiro, ordenó la detención de 31 hinchas del Corinthians que participaron en la pelea campal, y desde entonces viene recibiendo amenazas por internet.
De acuerdo con la Fiscalía, tanto la jueza como su marido han recibido en las redes sociales y en sus correos electrónicos diversos mensajes de carácter ofensivo, así como amenazas que incluyen hasta fotos de sus familiares.
“Tal conducta es inadmisible en un Estado democrático de derecho. Las amenazas proferidas contra la jueza y su familia con el objetivo de intimidarla en la práctica de su oficio son una afrenta contra el Poder Judicial”, aseguró la titular de la Comisaría de Represión a los Crímenes de Informática de Río, Daniela Terra.
Además de las detenciones, la Policía cumplió órdenes de registros en diferentes residencias de los hinchas para intentar obtener otras pruebas del crimen e intentar identificar otros involucrados en las amenazas.
Según Terra, cuatro de los hinchas detenidos ya poseen antecedentes penales por su participación en crímenes relacionados a la intolerancia deportiva.
Entre ellos figura un brasileño que es procesado en Bolivia por la muerte de Kevin Espada, el adolescente que fue golpeado en la cabeza por un artefacto lanzado por hinchas del Corinthians en un estadio de la ciudad de Oruro en un partido por la Copa Libertadores en 2013.
