El reciente tiroteo de Orlando (Estados Unidos) en un bar gay me hace pensar dos cosas: lo injustificable del atentado contra un grupo de seres humanos y la necesidad de controlar la venta, tenencia y uso de armas de fuego. Con relación a lo segundo, existen dos posturas encontradas en ese país: los partidarios del control de las armas de fuego y los partidarios del derecho a las armas de fuego. Los del segundo grupo dicen que es un derecho del ciudadano tener armas de fuego para defenderse; que el tiroteo de Orlando no debe utilizarse para restringir el derecho a las armas y que, desde el punto de vista práctico, las prohibiciones no van a conseguir nada, porque la mafia, de cualquier manera, va a conseguir las suyas de manera legal.
Sobre el último punto, concuerdo plenamente con Hillary Clinton, partidaria de restringir el presunto derecho: que no podamos impedir todos los tiroteos no significa que no debamos tratar de impedir ninguno. El término que ella utilizó para tiroteo es mass shooting, que significa un tiroteo en que mueren cuatro personas o más, sin contar el tirador. Las estadísticas, como veremos, le dan la razón a Hillary: a mayor control, menor cantidad de muertes con armas de fuego. Por eso ella, como el presidente Obama, proponen el control y chocan con la oposición de los fabricantes de armas, que hacen un excelente negocio vendiéndolas y no quieren renunciar al negocio. La punta de lanza de los opositores es la NRA, siglas en inglés de Asociación Nacional del Rifle, defensora de la libertad para las armas de fuego.
El argumento de la libertad no corre porque, aun en los países con menos restricciones, existe el control: en los Estados Unidos, la ley prohíbe tener armas automáticas. Aún así, en 1.260 días, en Estados Unidos han sucedido 1.000 mass shootings; dentro de los países de mayores ingresos, Estados Unidos tiene un índice mucho mayor de muertes con armas de fuego: 25 veces más, según entiendo. Sobre el asunto, he encontrado una información alarmante en la BBC de Londres: entre 1968 y 2011, han muerto en Estados Unidos cerca de 1.4000.000 con armas de fuego, mientras que cerca de 1.200.000 norteamericanos perdieron la vida desde la Segunda Guerra Mundial hasta 2011 (http://www.bbc.com/news/world-us-canada-34996604).
Como contrapartida, en los países desarrollados con mayor control hay menos muertes y heridas (homicidios, suicidios, disparos accidentales). Entre ellos se encuentra Japón, con 271.000 armas registradas para unos 127 millones de habitantes, Inglaterra y Australia; Alemania está algo más armada, pero con una serie de controles: el menor de 25 años que quiere comprar un arma debe someterse a un estudio sicológico (http://www.theguardian.com/us-news/2016/mar/15/so-america-this-is-ho). Deberíamos tomarlo en cuenta al legislar sobre la materia en el Paraguay.