Entre los años 2014 y 2015 el sector sojero exportó por valor de USD 3.899 millones, mientras que el sector cárnico lo hizo por valor de USD 2.549 millones.
Sin embargo, según datos de la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET), en ese mismo periodo de tiempo se recaudaron solamente G. 413.867 millones (USD 74 millones) por el impuesto a la renta agropecuaria (Iragro). Es decir, se recaudó en tributos apenas el 1,1% del total exportado por estos dos sectores.
Entretanto, por el IVA agropecuario se recaudaron G. 691.364 millones (USD 124,1 millones), en este mismo periodo de tiempo. Pero es difícil saber cuánto fue el aporte real directo tanto del sector sojero como cárnico a las arcas del Estado.
Hasta el momento no existen en los registros impositivos del sector agropecuario detalles específicos de lo abonado por el rubro sojero o ganadero, debido a que desde 1991, cuando empezó a regir la Ley 125 (que creó el impuesto al sector agrícola), y hasta el año pasado, en los balances presentados a la Administración Tributaria se consignaban solo “ventas de productos agrícolas” o “exportación de productos agrícolas”, sin hacer ninguna discriminación.
El año pasado, la SET emitió una resolución por la cual se establece que las empresas agropecuarias o agroexportadoras deben presentar, en forma desagregada, datos que consignen el tipo de producto comercializado: “venta de soja”, o “venta de trigo”, o “venta de maíz”, etc. Este dato comenzará a registrarse desde julio de este año y recién allí se podrá comenzar a hacer un seguimiento del aporte real de estos sectores.
El Iragro, que reemplazó el impuesto a la renta a las actividades agropecuarias (Imagro), hasta el momento aún no dio los USD 250 millones a USD 300 millones prometidos cuando se promovió su creación.
Es por ello que aún ronda la duda sobre la efectividad de este nuevo impuesto. Sobre todo para aquellos que recuerdan que durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, un decreto permitió a los grandes productores descontar el IVA que pagaban del Imagro, y así acumular créditos fiscales por más de G. 600.000 millones (USD 107,9 millones).
Mientras no se sepa cuál es el aporte real de los sectores que más ganancias obtienen, no es descabellado pensar que varios sectores estén de acuerdo con aplicar un impuesto a la exportación de granos de soja o elevar la tasa impositiva de la renta que generan.
El Gobierno de Horacio Cartes tiene la posibilidad de pasar a la historia no solo por hacer saber cuánto es el aporte real de los sojeros y ganaderos, sino por hacer que quienes más tienen, más tributen. Ojalá lo haga pronto y no defraude.