Planear un encuentro vía WhatsApp, con el grupo de ex compañeros o amigos en general, que nunca se concreta es una de las frustraciones más frecuentes en la actualidad. Esta situación provoca que muchos se pregunten si en realidad han recuperado a las antiguas amistades o es simplemente un espejismo que genera el mundo virtual.
Al respecto, la sicóloga Fátima López Moreira señala que para tener salud mental es importante mantener la actividad social. Aquella que es real, la que se da con el encuentro cara a cara y con los verdaderos amigos.
Los especialistas destacan además que el llenarse de contactos en Facebook o tener varios grupos de WhatsApp no significa contar con muchos amigos verdaderos.
“Lo peligroso con las redes, sobre todo WhatsApp, es además que da la ilusión de que los seres queridos están cerca, pero en realidad es una comunicación ficticia. La tecnología de alguna manera nos ayudó a mantenernos en contacto, pero es un encuentro artificial. En lugar de mantener una reunión cara a cara, nos limitamos a reenviar emoticones o imágenes”, señala la sicóloga López Moreira.
Para la licenciada Deysi González, la emoción que representa la presencia del otro no se puede apreciar en un texto o en una fotografía. Lo genuino de una expresión solo se evalúa con la presencia, ya que en redes esto es muy manipulable.
citas reales sin celular. Cuando finalmente se dan los encuentros, otra realidad es la dependencia por los aparatos telefónicos que de alguna manera roban el tiempo para los diálogos verdaderos.
“Si el encuentro va a ser real dejemos de lado los celulares, el alzar las selfies del momento y estar pendientes por los “me gusta” o comentarios. Es momento de mirarnos las caras y compartir con los verdaderos amigos por quienes hay que invertir para que la relación sea duradera”, señaló López Moreira.
Riesgos. Un aspecto que destacan las expertas es que los grupos que se crean, a través de las aplicaciones, pueden ser un arma de doble filo por lo que debe manejarse con mucho cuidado. “La comunicación se reduce a la aplicación, entonces la interpretación de cada mensaje es de acuerdo con la emoción del receptor, pues no está mirando el lenguaje corporal del otro, entonces se pierde el diálogo real”, advierte López Moreira.
Una sugerencia que da la sicóloga González es la de mantener la prudencia a la hora de compartir temas o contenidos sobre la vida privada. “Siempre es recomendable mantener la prudencia y es preferible no dejar por escrito nada que pueda ser usado más adelante como objeto de manipulación o chantaje”, dice.
Hoy día la información se filtra fácilmente y nos encontramos muy expuestos por lo que debemos intentar no comprometer nuestra integridad, sobre todo en el aspecto sicológico. Los rastros que dejamos en redes pueden quedar y expandirse más rápido de lo que imaginamos y pueden ser utilizados en nuestra contra”, comenta González.
