El ataque, con coche bomba, es el más sangriento ocurrido en la ciudad de Adén, en el sur de Yemen, desde que fuera retomada por el Gobierno en julio de 2015.
El mismo ilustra las dificultades que tienen que enfrentar las autoridades para restablecer la seguridad en Adén, declarada “capital provisional” de Yemen.
El EI reivindicó rápidamente el ataque de este lunes. “Unos sesenta muertos en una operación mártir de un combatiente del Estado Islámico contra un centro de reclutamiento del ejército en Adén”, publicó la agencia Amaq, órgano de propaganda del grupo yihadista.
Desde los 11 muertos, el balance de la masacre aumentó rápidamente hasta los 18 y luego, a 40, para acabar estableciéndose en 71, según los tres principales hospitales de la ciudad.
En un tuit, el hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) había indicado haber recibido 45 muertos y 60 heridos.
Según fuentes de seguridad, la explosión se produjo en el patio de la escuela Sanafir, en el norte de Adén.
Los reclutas, reunidos en el patio, acababan las formalidades para unirse a las filas de las fuerzas armadas yemenitas, que el Gobierno, exiliado en Arabia Saudita, quiere reforzar con la ayuda de la coalición árabe.
Según testigos, el kamikaze aprovechó la entrada de una camioneta para lanzar su vehículo contra los reclutas.afp