AFP
LA HABANA - CUBA
Los rebeldes de las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos acordaron ayer mantener el alto al fuego en Colombia, y discutir “propuestas de ajuste” al acuerdo de paz que fue rechazado sorpresivamente en el plebiscito del domingo.
Pese al resultado electoral, las partes reunidas en Cuba se mostraron resueltas a persistir en una salida negociada al último conflicto armado del continente, un esfuerzo que le valió a Santos el Premio Nobel de la Paz ayer. “Reiteramos el compromiso asumido por las partes de mantener el cese el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo decretado el 29 de agosto”, según un comunicado conjunto leído en La Habana, sede de las negociaciones de paz.
Sin aludir a la reciente decisión de Santos de mantener el cese del fuego hasta el 31 de octubre, las partes anunciaron un protocolo para prevenir cualquier incidente sobre el terreno mientras se resuelve la crisis desatada por la consulta.
reglas del acuerdo. Un mecanismo tripartito, formado por la ONU, el Gobierno y la guerrilla estará a cargo de monitorear y verificar el cumplimiento del protocolo y las reglas que rigen la terminación del enfrentamiento armado. “Con ese propósito, solicitamos al Secretario General de las Naciones Unidas, y por su intermedio al Consejo de Seguridad, que autorice a la misión ya acordada ejercer las funciones de monitoreo, verificación, resolución de diferencias del alto al fuego”.
Desde Bogotá, la canciller María Ángela Holguín dijo no obstante que será imposible contar con el acompañamiento de la ONU por tiempo “indefinido”.
“El Consejo de Seguridad no puede mantener una misión sin un sustento jurídico claro. Están haciendo todo su esfuerzo por darnos un compás de espera, pero esto no es algo que sea indefinido”, dijo a periodistas.
El gobierno de Santos y los rebeldes comunistas habían ya firmado el pacto para poner punto final a un conflicto que deja millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados, y que también involucra a otros grupos armados ilegales.
Sin embargo, los colombianos, contra todo pronóstico, lo rechazaron en las urnas, lo que impidió su implementación.