Los estudiantes de la Universidad Católica levantaron la toma en la Facultad de Filosofía luego de 45 días, tras firmar un acuerdo con las autoridades. No le permitieron participar de la reunión a Ferreiro, quien asistía legalmente a los jóvenes.
“Se vieron forzados a firmar bajo presión, bajo coacción de violencia el acuerdo, avalada esta coacción por la Fiscalía, para evitar más violencia”, indicó al respecto el abogado.
Se refirió a la serie de incidentes que se produjeron este jueves en la institución. Primeramente con los civiles armados que intentaban desalojar a los estudiantes bajo la observación del fiscal Francisco Torres. Luego, alumnos de Derecho ingresaron y se encerraron para luego denunciar que fueron “secuestrados” por universitarios en toma, incluso hubo agresiones físicas entre los mismos.
Para Ferreiro esta lucha que se prolongó por más de un mes fue “el triunfo de la violencia institucionalizada sobre una protesta estudiantil”, pues el documento firmado no contempla las reivindicaciones originales.
“El rector ofrece un acuerdo muy muy básico, donde más o menos se compromete a no perseguir, pero no era el acuerdo redactado en principio”, agregó en la 1020 AM.
A su vez, la dirigente estudiantil, Camila Corvalán, admite que el compromiso firmado no es que los universitarios habían presentado originalmente. “No tiene el mismo espíritu que acordamos con los obispos”, dijo con relación al documento elaborado a partir de la conversación con los religiosos en un intento de destrabar la medida de fuerza.
Pero sostiene que se logró blindar el proyecto académico con el nombramiento de Jorge Lara Castro como encargado de Despacho, aunque su figura todavía debe oficializarse en la sesión del Consejo de Gobierno de la UCA.
De acuerdo a su análisis con Lara Castro se podrá seguir trabajando de manera amplia, plural y participativa.
También resaltó el acuerdo para que los estudiantes y docentes imputados por tomar la institución lleguen a una salida alternativa al procedimiento penal. Pero para el abogado hay una ambigüedad en el documento, en caso de que terceros denuncien a estos estudiantes.
Sobre la convocatoria que realizó Narciso Velázquez en el Ministerio Público, Corvalán manifestó que no era necesario, pues desde un principio el conflicto se podía resolver en la casa de estudios, donde los estudiantes constantemente llamaban a la apertura de las negociaciones. Allí incluso montaron una mesa con una silla vacía para que una autoridad de la universidad la ocupe.