20 abr. 2024

Abasto: Signos de corrupción

Enrique Vargas Peña

Por segunda vez en veinte años se incendió el bloque C del Mercado Central de Abasto de Asunción. Ocurre después de la tragedia del Ycuá Bolaños, del incendio de la Terminal de Ómnibus y de otros eventos de similares características y su larga repetición, desde 1997, prueba que nada cambia en la Municipalidad de Asunción, aunque cambien los intendentes.

Nuestra verdadera tragedia empieza con el incendio del Ycuá Bolaños, donde casi cuatrocientos muertos no fueron motivación suficiente para una fiscalía y unos jueces sometidos al poder político para castigar al entonces intendente Enrique Riera, responsable institucional y político de las falencias que condujeron a la catástrofe. Nos callaron a todos sacrificando a los Paiva como chivos expiatorios en lugar de Riera.

Vayamos a los hechos: El Mercado de Abasto pertenece a la Municipalidad de Asunción que lo administra. Nada de lo que ocurra dentro de él o con él sucede sin responsabilidad municipal.

Todos los reportes generados hasta el momento, tanto de los permisionarios como de los bomberos y los medios, indican que la instalación eléctrica del bloque C se encontraba en un estado lamentable, lo que incluye su total desajuste a las normas de ANDE, a las normas constructivas y a las normas de la propia Municipalidad.

Ese desajuste puede explicar el cortocircuito que según los bomberos originó el incendio.

Ese desajuste solamente se explica porque los municipales del Mercado de Abasto no cumplieron ni hicieron cumplir las mencionadas normas y ese incumplimiento se explica solamente por la corrupción. Los administradores del Abasto reciben coimas para permitir la violación de las normas. Para no vigilar su complimiento.

Todos los reportes generados hasta el momento también indican la serias falencias de la instalación hídrica, y los bomberos le agregan el dato de que no había en las bocas de incendio la presión suficiente.

Las instalaciones hídricas también están sujetas a normas y esas normas también están violadas en el abasto, por la misma razón que las eléctricas.

Todos los reportes generados hasta el momento indican que los permisos que se otorgan para poder usufructuar espacios en el Abasto son más de los que caben realmente en la infraestructura edilicia, lo que agrega otras explicaciones a la violación de las normas eléctricas e hídricas: Si se venden más espacios de los que realmente hay, no se podrían aprobar planos eléctricos e hídricos sin evidenciar la corrupción, luego las instalaciones se hacen sin planos.

Ya hay antecedentes judiciales sobre administradores municipales sobrevendiendo espacios de los mercados para embolsarse la diferencia, solamente que son políticos a los que los fiscales y jueces buscan complacer como complacieron a Enrique Riera, a costa de la seguridad y la propiedad de los trabajadores paraguayos.

No deberíamos permitir que la Municipalidad encubra con la necesidad de ayuda que tienen los afectados su responsabilidad en el siniestro que les dejó en la calle. Alguien en la Municipalidad debe ir a la cárcel por este incendio.