En cuanto al autor moral, es decir, quien habría pagado para que se cometa el crimen, todavía no hay nada concreto, aunque es cierto que el propio presidente de Colombia, Gustavo Petro, dio por sentado que la orden la hizo Sebastián Marset, presunto líder de una organización criminal y que hasta el momento está prófugo.
COMIENZA SEGUIMIENTO. En la acusación mencionan datos que sirvieron para condenar ya a 4 de los asesinos. En el documento, relata la llegada del fiscal Pecci y su esposa a Colombia, específicamente a la ciudad de Cartagena el 4 de mayo, pasando ya dos días después al Hotel Decameron en la isla de Barú, donde se hospedaron hasta el 10 de mayo, fecha del asesinato.
En esos primeros días, el 5 de mayo, en Medellín, Antioquia, entre las 10:45 de la mañana y 13:30 de la tarde, se reunieron los autores morales, Wendre Still Scott Carrillo (venezolano), Eiverson Adrián Arrieta Zabaleta, Gabriel Carlos Luis Salinas (prófugo), Francisco Luis Correa (acusado) y Cristian Camilo Monsalve Londoño.
“La reunión fue con el fin de planear y distribuir funciones tendientes a la ejecución de la actividad criminal. Se acordó que Cristian y Marisol serían los encargados del seguimiento y ubicación de la víctima, reportando a Francisco, encargado de coordinar la acción criminal proporcionando el arma de fuego, dinero y los equipos celulares”, señalan los investigadores.
Allí se reiteraron los trabajos: Eiverson sería el encargado de transportar a los sicarios (Wendre y Gabriel) hasta Playa Blanca, y sacarlos tras consumar el hecho.
Gabriel conduciría la moto acuática que transportaría al sicario (Wendre) hasta la playa del Hotel Decameron
DÍA DEL CRIMEN. Hay evidencias de los celulares que ese 10 de mayo, Marisol le llama a Gabriel y este le dice “la moto va a salir en 5 minutos”.
Desde Playa Blanca, salen los sicarios en la moto acuática con destino a la playa del Hotel Decameron, en un recorrido de aproximadamente 4 minutos.
Al llegar, “Wendre Scott desciende de la moto, saca una pistola calibre 9mm, se dirige donde estaba Pecci, sacudiéndose la arena frente a su esposa y le impacta con el arma de fuego 2 veces a la altura del rostro y uno más en el tórax, que le causan la muerte de manera instantánea”.
Los sicarios regresan a playa Blanca, donde devuelven la moto y sus chalecos, “y Gabriel recibe una llamada de Francisco, en la cual reporta: ‘Ya hicimos la vuelta’”.
La acusación refiere que, en su huida, ambos se fueron despojando de sus prendas de vestir para no ser identificados o rastreados. Un pantalón negro, con logotipo Nassa, fue encontrado después. También arrojaron el arma de fuego y el cargador al mar.
Cristian y Marisol salen de la playa y se encuentran con Francisco Correa en el edificio Palmetto Eliptic, para coordinar su regreso a Medellín y las rutas diferentes.
Dice la acusación que Correa sabía el ilícito y que igualmente lo llevó adelante, por lo que consideran pertinente hacerle un juicio de reproche.
Está acusado por homicidio agravado y tenencia de armas.
Por dos hechos enfrentará juicio el considerado como jefe logístico del crimen. El hombre, el único que no aceptó los cargos de la Fiscalía, habría colaborado con la Justicia colombiana.