Este martes 23 de diciembre, a las 8:30, víctimas de tortura durante la dictadura Stronista convocan a la prensa nacional e internacional, a organizaciones de derechos humanos y a la ciudadanía en general a acompañar un juicio histórico contra acusados de ser torturadores.
Se trata del proceso judicial contra el ex comisario Manuel Alcaraz y los ex policías Eusebio Torres y Fortunato Laspina, acusados por crímenes de tortura cometidos durante la dictadura, delitos que constituyen crímenes de lesa humanidad, los cuales no prescriben ni admiten dilaciones.
Pronunciamiento. La convocatoria surge a partir del pronunciamiento público difundido por Teresita López Bosio, quien cuestionó el proceso judicial.
“Asistí durante más de tres meses a lo que nos fue presentado como un juicio oral y público. Entramos a esa sala con el cuerpo marcado por la tortura y con la esperanza, siempre frágil, de que esta vez la justicia no nos soltará la mano. Hoy sé que no es un juicio verdadero: es una puesta en escena, un falso juicio, sin destino de sentencia, cuidadosamente sostenido para simular justicia mientras se la posterga en los pasillos del poder”, expresa el comunicado de López Bosio.
Agrega que Torres, Laspina y Alcaraz no son juzgados en igualdad de condiciones con sus víctimas.
“Ya en la primera o segunda sesión, sus defensas habían sembrado la trampa: un recurso de inconstitucionalidad que pretendía “negar la tortura” porque ocurrió en los años 70, antes de que la Constitución de 1992 la nombrara. Como si el dolor necesitara fecha de vigencia. Como si la carne torturada dependiera de un artículo constitucional para ser reconocida como humana”, lamenta.
Destacó que los jueces del tribunal rechazaron correctamente ese pedido de nulidad. “Reconocieron lo que el mundo ya sabía desde 1949: que Paraguay había ratificado la Carta de los Derechos Humanos y las múltiples declaraciones que condenaban los tratos crueles, inhumanos y degradantes como crímenes de lesa humanidad”, dice.
Sostuvo que hasta ahí creyeron nuevamente, pero indicó que la verdad estaba siendo retenida en silencio, ya que el recurso de nulidad no desapareció, sino fue elevado a una instancia superior, y hoy “duerme en manos de la Corte Suprema de Justicia, en los despachos de los ministros César Manuel Diesel, Víctor Ríos y César Antonio Garay”, según expresó.
“Desde hace más de quince días nos dijeron que ya saldría la sentencia. Nos sentamos, esperamos, resistimos. Y mientras tanto, la sentencia nunca llegó porque nunca iba a llegar. Lo que se juzgaba en la sala ya estaba siendo suspendido en otro nivel. No fuimos informados. Fuimos engañados. A las víctimas se nos volvió a administrar la espera como forma de castigo, la desinformación como método, el desgaste como estrategia”, reclamó.
Dijo que hablar hoy no es solo denunciar a tres torturadores, sino a un tramado judicial que vuelve a colocar a las víctimas en el lugar de la ingenuidad forzada.