23 may. 2025

Venezolanos van y mendigan entre la pobreza de Bolivia

Migrantes. Cientos de venezolanos están a la espera de cruzar un paso fronterizo.

Migrantes. Cientos de venezolanos están a la espera de cruzar un paso fronterizo.

Bolivia es un nuevo destino para el flujo de venezolanos que caminan y avanzan por Latinoamérica, a medida que reúnen lo necesario para ir subiendo a buses con destino a Chile, Perú o Argentina.

“Aquí al menos comemos”, repiten los migrantes venezolanos, en su mayoría con bebés nacidos en plena travesía, que están mendigando o pidiendo monedas a cambio de dulces en las calles de La Paz, capital de uno de los países más pobres de Sudamérica.

Apenas cuentan con una cédula de identidad al día y se dirigen a países con sus propias crisis locales, que además les imponen visas a una población pobre de origen y sin pasaporte.

“Yo digo que en cualquier lugar estamos mejor que en Venezuela”, afirma Darwinson Landaeta, ex mensajero en Caracas de 36 años, que lleva un año viajando en su silla de ruedas, junto a Alejandra, su pareja, y sus hijos.

Alejandra no puede más del dolor de cabeza: como muchos, sufre el mal de altura en esta ciudad a 3.600 metros sobre el nivel del mar, y donde en pleno verano, las mañanas y las tardes son frías, con entre 7 y 12 grados Celsius, para los cuales ningún caribeño en tales condiciones tiene buen abrigo.

Pero Bolivia, “con todos los problemas con su presidente (en alusión a la crisis por la salida de Evo Morales), es un país con estabilidad económica, donde podemos comer”, afirma.

Darwinson quedó minusválido por un disparo en una protesta contra el gobierno de Hugo Chávez a inicios de 2003. Alejandra era encargada de una fábrica de zapatos, pero a fines de 2018 tuvieron que partir para comer, pararon con su letrero pidiendo ayuda en las calles de Colombia, Ecuador, Perú y la idea era radicarse en Chile.

“En los países donde estuvimos lamentablemente hay mucha xenofobia”, dice Darwinson, procedentes de Perú, donde dicen que sufrieron discriminación. Darwinson, Alejandra y sus niños llegaron hace tres meses a Tacna, la frontera de Perú y Chile, y se sorprendieron de que necesitaban visa. Fue así que terminaron en Bolivia.

Muchos son jóvenes, salieron con lo puesto de Zulia, Monagas o Anzoátegui, las provincias venezolanas donde más se sintió los efectos de una crisis que rompe moldes, con una hiperinflación que el FMI estimó para 2019 de 200.000%.

Los niños venezolanos en las calles de Bolivia tampoco van a la escuela. A causa de la prolongada crisis económica y política que vive el país petrolero, 3,6 millones de venezolanos ya dejaron atrás su país desde 2016, según datos de la ONU.