Vecinos de un sector del barrio Molino de la ciudad de Luque, en el Departamento Central, denuncian que una construcción que se encuentra abandonada fue ocupada como aguantadero por presuntos delincuentes que provocan zozobra en el vecindario.
Los afectados afirman estar cansados de la inseguridad en la zona. Además, manifiestan que los malvivientes serían adictos y en horas de la noche entran a las viviendas y se llevan todo lo que encuentran a su paso.
Según reporte del programa La Lupa, emitido por Telefuturo, una cámara de circuito cerrado captó el momento cuando dos hombres hurtaron la escalera de una casa.
“No se puede dejar nada en el patio, ya es normal por todos lados, de día y de noche recorren buscando qué robar, este aguantadero está abandonado hace más de cinco años y el dueño casi no viene”, relató con temor un vecino de la construcción inconclusa.
La sensación de zozobra con la que conviven las víctimas aumenta porque –según manifestaron–, que tras los hechos, realizan las denuncias ante la comisaría de la zona y posteriormente reciben amenazas por parte de los presuntos maleantes
La construcción abandonada es un gran depósito de basuras y yuyales que tomaron el lugar; allí se encontraron colchones, que presuntamente son utilizados por los delincuentes para descansar, además de restos de bebidas alcohólicas, colillas de cigarrillos y estupefacientes.
ANTERIORMENTE. En una entrevista anterior a la dueña de una propiedad en el barrio Molino, nos relataba que en reiteradas ocasiones, un mismo motoasaltante ingresó a su vivienda a robar.
“Si hablamos de inseguridad, en nuestro barrio vivimos con mucho miedo”, dijo, además de señalar que la identidad del hombre es Ireneo Gutiérrez Ortega, quien cuenta con prohibición de salir del país por algunos delitos.
“Este tipo ya entró en todas las casas”, manifestó y recordó que la primera vez que entró a su casa lo hizo desde una casa abandonada, y se llevó una escalera mecánica.
“La siguiente vez entró por sobre el portón del garaje, porque atrás ya pusimos cuchillas a la muralla”, detalló.
La última vez que lo intentaron fue el 13 de agosto, llegaron entre dos en una moto, quedaron a mirar y a esperar pegados a la muralla. “Mi marido se fijó en las cámaras, salió y disparó al aire”, contó la mujer.
También citó a la Policía que sugirió, cuando intervino, en guaraní: “Péapengo pejagarra va’erã peinupã porã chupe, pejukalénto, porque orerogueraha ha Fiscalía opoi jey chugui. Ore ndaikatúi rojapomba’éve” (“Lo tienen que agarrar, garrotearlo hasta dejarlo medio muerto, porque nosotros lo llevamos y la Fiscalía lo suelta de vuelta”).
“500 denuncias”
De enero hasta agosto pasado en Luque se tuvieron cerca de quinientas denuncias de robos y asaltos que en su gran mayoría no fueron esclarecidos.
Para combatir la delincuencia en esta ciudad, la Policía cuenta con seis comisarías y dos subcomisarías distribuidas en toda su extensión. Su fuerza operativa es de cerca de 20 patrulleras y 15 motocicletas, contando las que en el taller se encontraban a principios del mes de setiembre.