El país de 3,4 millones de habitantes lleva dos días consecutivos sin registrar casos nuevos de covid-19 y tan solo 84 personas están cursando la enfermedad, menos de la mitad que hace un mes atrás, de acuerdo a los datos oficiales.
“Me parece muy bien que todo vuelva de a poco, ya que los números nos están dando bien”, dijo Marta Arredo al arribar al shopping de Punta Carretas, el barrio costero de Montevideo en el que vive, con el requerido tapabocas y tras pasar por los controles de ingreso.
Sobre las 13:00, una pantalla indicaba que había 1.109 clientes recorriendo el centro y que todavía podía recibir otros 3.891, su máximo permitido.
Todos los centros comerciales dispusieron en sus entradas alfombras sanitizantes, dispensadores de alcohol en gel de uso obligatorio y cámaras termográficas. Si la temperatura de un cliente supera los 37°C, se le prohibirá entrar.
100 DÍAS DE LACALLE. El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, cumplió los primeros 100 días de su mandato (2020-2025) en medio de una pandemia global sin precedentes que, a diferencia de sus vecinos, logró controlar hasta el punto de que este pequeño país de Sudamérica es visto como un ejemplo para el resto del mundo.
Solo doce días después de asumir el cargo, el 1 de marzo, el mandatario del Partido Nacional (PN, centroderecha) se topó con la crisis de la Covid-19, que parece tener controlada en lo sanitario, pero que ahora puede tener consecuencias económicas.
Al tiempo, ha visto cómo el proyecto estrella de su campaña electoral y ahora de su Ejecutivo, la Ley de Urgente Consideración (LUC), fue aprobada por el Senado antes del paso a la Cámara de Diputados.
Para sorpresa de muchos –incluso de sus propios consejeros–, Lacalle Pou decidió no decretar la cuarentena obligatoria cuando llegó el coronavirus a Uruguay sino “exhortar” a la población a quedarse en casa.
Esto, que despertó la crítica de la oposición y del Sindicato Médico del Uruguay, hoy es reconocido como una estrategia clave para los buenos números de Uruguay, además de la suspensión de eventos públicos, las clases presenciales, y el cierre de centros comerciales y fronteras.
Los primeros cien días de Gobierno, según las encuestas, sitúan una aprobación del 62% de la población.